‘Follow the mansion’

Es hora de extinguir el dominio de los bienes de origen ilícito o injustificado
Hay cosas en la vida que no se pueden esconder, como la tos y el dinero. No se las puede evitar.
Cuando el dinero no proviene del trabajo honesto, sino producto de negociados con hospitales, coimas, sobreprecios, vínculos con el narcotráfico o evasión de impuestos, lo primero que hacen estos nuevos ricos es comprarse mansiones y bienes suntuosos para disfrazar sus pobrezas. 'Quien mucho presume, de mucho carece'.
Obviamente, ningún delincuente pone los activos a su nombre, los esconden tras una maraña de empresas, que usualmente tienen como representantes a testaferros.
Es lamentable que una vez más sea el periodismo de investigación el que tenga que hacerle el trabajo a las autoridades de control, que no detectan nada o se hacen de la vista gorda, como en los casos de las intrincadas compras de las mansiones de Ribera de Batán y Salinas. Desde luego, no son las únicas transacciones ominosas y las autoridades deberían saberlo, pues mucho del dinero de los ecuatorianos ha ido a parar a lujosos bienes a nombre de compañías que no pagan impuestos y cuyos propietarios no pueden justificar el buen origen de sus recursos.
Si el Gobierno no puede combatir la corrupción, el narcotráfico, ni la violencia en las calles, por lo menos recuperen lo robado al pueblo ecuatoriano, y si el conocido 'Follow the money' les parece muy complicado a las autoridades, entonces sigan a las mansiones y bienes ostentosos para encontrarlos, pues con seguridad, muchos estarán a nombre de compañías que no tienen patrimonios para soportar semejantes activos. La potestad reglamentaria la tiene el presidente de la República, es hora de que parte de su política pública sea recuperar lo robado, estableciendo procedimientos especiales para filtrar la compra de activos valiosos con información cruzada entre las notarías, superintendencias, registros de la propiedad, SRI y la Unidad de Análisis Financiero, para que, de una vez por todas, trabajen y se despabilen las autoridades.
Es hora de extinguir el dominio de los bienes de origen ilícito o injustificado. ¡'Follow the mansion'!