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Claudia Tobar: Errar es el único camino al éxito

Avatar del Claudia Tobar Cordovez

El valorar el error como el mejor maestro requiere de un proceso de reflexión y de valentía

Cuando hablamos de que los seres humanos estamos programados para aprender, desconocemos la base de ese proceso de aprendizaje. Desde la infancia, nuestro cerebro está diseñado para observar, intentar, fracasar, ajustar y perfeccionar. Las famosas sinapsis neuronales no son más que caminos entre neuronas que se solidifican con la práctica y nos permiten volver a usar ese aprendizaje a futuro.

Cuando el niño pequeño está aprendiendo a caminar, por ejemplo, sabemos que desde que intenta dar su primer paso va a necesitar de muchas caídas para dominar esta destreza. Los adultos alrededor estamos conscientes de este proceso y apoyamos al niño, reconociendo que con cada intento él va fortaleciendo su dominio.

Conforme crecemos pareciera que nos olvidamos de la importancia de la práctica y el error para calibrar y aprender. Crecemos en edad y altura, pero también crecemos en inseguridades, teniendo cada vez más miedo a exponernos a intentar cosas nuevas, a evidenciar que nos falta práctica, y con el tiempo evitamos estar en situaciones donde estemos expuestos al error.

Equivocadamente describimos a los niños como esponjitas que absorben todo y están constantemente aprendiendo. Resulta que todos los seres humanos tenemos el potencial de aprender y absorber nuevo aprendizaje todo el tiempo, la diferencia es que los niños no temen preguntar, no temen errar, no temen ‘quedar mal’ y esa curiosidad les permite tener mucha exposición a nuevo aprendizaje. Los adultos que almacenamos tanto bagaje de conocimientos tenemos incluso más ventaja que los niños en potenciales conexiones neuronales, lo que nos juega en contra es nuestro miedo a errar. Cada vez hacemos menos preguntas, nos enfrentamos a menos situaciones nuevas y nos vamos acomodando en nuestra propia incertidumbre, nos conformándonos con no saber y no aprender.

El valorar el error como el mejor maestro requiere de un proceso de reflexión y de valentía. Los adultos que se atreven a exponerse a nuevos cursos, a nuevas experiencias y a desafíos mantendrán activas sus redes neuronales por siempre.