César Febres-Cordero Loyola | Milei y Noboa: ¿historias paralelas?
Querrán comparar la intervención de Trump con la foto que Daniel Noboa fue a buscar a Mar-a-Lago
El día domingo, Argentina se llevó una sorpresa. Para más de uno, la fórmula libertaria de Javier Milei había alcanzado su fecha de caducidad, y su gobierno parecía desplomarse bajo el peso de una serie de escándalos y fracasos: la supuesta filtración de conversaciones en las que la hermana de Milei estaría hablando de coimas, la renuncia de uno de sus candidatos después de que se haya conocido que había recibido donaciones de un narco, varias derrotas en el Congreso y un creciente rechazo social al ajuste. Todo eso, sumado a un sistema cambiario que estaba llevando a las finanzas estatales al límite, resultaba en un cálculo fatal. Y, sin embargo, Milei prevaleció sobre las expectativas, superando a un peronismo que venía confiado de unas elecciones provinciales anticipadas en Buenos Aires.
Entre los diversos factores que se mencionan están las divisiones internas entre el ala fiel a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra bajo arresto domiciliario, y el grupo alineado con su exministro y actual gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Los unos culpan a los otros por la derrota, señalando que el adelantamiento de las provinciales, idea de Kicillof, movilizó al antikirchnerismo. Aquellos responden que Cristina y sus listas llenas de figuras viejas y rígidas fueron imposibles de digerir para el electorado. Otros mencionan el salvataje de cuarenta mil millones ofrecido de forma condicional por los Estados Unidos a escasos días de los comicios como una causa determinante.
Habrá quienes pretendan igualar la situación del correísmo con la del peronismo e incluso quienes querrán comparar la intervención de Trump con la foto que Daniel Noboa fue a buscar a Mar-a-Lago. Sin duda hay más terreno que explorar en la primera postura.
Ciertamente, Argentina vive un proceso distinto al ecuatoriano, donde el control de la inflación le ha permitido a Milei establecer un pacto con los votantes a través de un fenómeno tangible, pero la resiliencia de un gobierno errático y el fracaso de una oposición divida y con ínfulas de superioridad moral pueden darnos claves de lo que podría estar pasando en el Ecuador.