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¿Dónde está la inteligencia?

Avatar del Catrina Tala

Me gustaría saber si Fausto Cobo duerme tranquilo con los informes que le llegan, si sabe lo que sucede en las cárceles

Fausto Cobo no aparece. Nadie sabe qué hace, aunque todos sabemos qué cargo ocupa. Es el director de CIES, el centro de inteligencia estratégica del país, antes conocido como Secretaría de Inteligencia.

Es el lugar en donde agentes de inteligencia se encargan de monitorear, vigilar y tratar de mantener la paz en el territorio nacional. ¿Cómo lo hacen? A través de intervención de llamadas, compra de información, análisis de blancos, investigación, vigilancia y mucho más.

¿Cuál debería ser su principal función? Anticiparse a los hechos que hoy nos tienen desangrados y con miedo. Deberían saber cómo se están financiando las estructuras criminales y mucho más. El servicio de inteligencia del país debería, incluso, saber los nexos nacionales e internacionales de las mafias.

Fausto Cobo, además, maneja el dinero de los llamados “gastos reservados”, esa plata que no se debe justificar, en aras de mantener la seguridad del país. Tienen un presupuesto asignado, y me pregunto si ya se ejecutó y cuáles han sido los resultados de dicha ejecución.

Entiendo que por la naturaleza de la dirección hay “información reservada”, pero el caos en el que estamos viviendo al menos debería poner en evidencia el fracaso completo de Cobo y su equipo.

No hay justificación posible ni excusas que alcancen. Como ciudadana, no tengo idea de qué hacen o están haciendo. Como ciudadana, siento que -si han hecho algo- no ha funcionado, y que mantienen la narrativa de que es culpa de otro, de que se matan entre ellos y de que es en respuesta a una lucha antidrogas que no se siente en las calles.

Me gustaría saber si Fausto Cobo duerme tranquilo con los informes que le llegan, si sabe lo que sucede en las cárceles, como lo relató hace pocos días un guía penitenciario, o si ha presionado al menos un poco para que las condiciones cambien para los policías.

Me cuesta muchísimo creer que estamos condenados a una realidad tan terrorífica por falta de inteligencia.