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Lo que Dios pide

Avatar del Catrina Tala

Desde el poder se abusa de la figura de Dios. Si usted es devoto de cualquier santo o virgen, vívalo y siéntalo usted

Nada muestra más resignación y conformismo que pedirle a Dios que solucione un problema o baje de los cielos para salvarnos de la realidad que vivimos.

Entiendo a todos los que creen en Dios, Buda, Alá, el Universo, Jehová, la energía y cualquier otra representación de la fe. Respeto la forma que cada ser humano tiene para vivir, siempre que esta forma no afecte a los demás. Lo que sí me produce rechazo es escuchar a algunos ministros encomendarse a Dios como la única salida a las amenazas a las que nos enfrentamos.

También creo que es una falta de respeto, y lo digo en serio, porque cuando los escucho pedir ayuda divina como única salida siento que ellos no hacen ese trabajo por el que les pagamos. ¿Cómo no tienen soluciones, planes o rutas?

Más allá de que este país es un Estado laico, es decir, que ese tipo de referencias deberían quedarse en la casa de todos los que nos gobiernan, no se puede responder a un problema nacional con algo tan genérico y tan falto de compromiso.

El ministro de Energía, Fernando Santos Alvite, le pedía a Dios que dejara de llover para que frene la erosión del río, como si no pudiesen trabajar en prevención o mantenimiento. Y esta semana, César Rohon se encomendó a Dios para que el fenómeno de El Niño “no venga tan fuerte”. ¿Y qué más hará el Ministerio de Obras Públicas -que él dirige- como mecanismo preventivo? No hemos sabido de ninguna acción para una inminente catástrofe.

Estoy harta de que Dios sea esa muletilla usada por políticos para esconder sus deficiencias o falta de planificación.

Desde el poder se abusa de la figura de Dios. Si usted es devoto de cualquier santo o virgen, vívalo y siéntalo usted. No justifiquemos las mediocridades o desgracias porque “es lo que Dios quiso”. He escuchado que Dios es un ser lleno de amor, supongo que no quiere que usted tolere que nos gobiernen corruptos o ineptos, ni debería ser responsabilizado de las calamidades públicas.

Creo que Dios pediría que, al menos en Ecuador, alguien se haga cargo de una vez por todas.