Necesarias reflexiones

Por ningún concepto es un crimen Estado. Para que exista se demandan algunas condiciones: debe ejecutarse en cumplimiento de órdenes emanadas de funcionarios del Estado...’.
El femicidio de María Belén Bernal conmociona, indigna y causa estupor en todas las personas conscientes por la forma cobarde como se lo cometió y por haber acontecido en un establecimiento policial. El dolor que debe sentir la madre es explicable por su pérdida: una hija es irreemplazable. Nadie discute estos sentimientos. Lo que no puede dejar de anotarse es que esta muerte haya servido para utilizarla, desafortunadamente, en un acto político, que no debió haber existido por motivo alguno. Era improcedente que la madre de la occisa ponga una camiseta con la efigie de su hija, en momentos en los que se llevaban a cabo las exequias, en el cuerpo de la prefecta de Pichincha, que estaba presente en el acto. Ello hizo que los seguidores de esta política que está de candidata a la reelección griten a coro “Pabón prefecta, Pabón prefecta”. Esto es demostración de que hay actores que todo lo politizan, sin respetar las más elementales normas de la sociedad. Para todo hay tiempo y lugar. La madre debe haber comprendido lo mal que actuó y posiblemente debe haber sentido remordimiento. Ojalá no volvamos a ver actos de esta laya. Otro asunto que debe aclararse para que no haya falsas expectativas, ni se esperen resultados que no obedecen al concepto que se ha esgrimido es el de considerar a este abominable hecho como crimen de Estado por haber sido ejecutado por un oficial de Policía en un establecimiento policial. Por ningún concepto es un crimen Estado. Para que este exista se demandan algunas condiciones: debe ejecutarse en cumplimiento de órdenes emanadas de funcionarios del Estado; deben ser generalizados, y que se cometan una cantidad de crímenes o un solo crimen contra muchas víctimas; que sean actos sistemáticos llevados a cabo de acuerdo a un plan o política preconcebidos que permita la repetición de actos inhumanos; que sean cometidos por autoridades de un Estado o por particulares con respaldo de esas autoridades, con su tolerancia y tranquilidad; y que sean dirigidos contra la población civil por motivos sociales, políticos religiosos o culturales. El genocidio, los campos de concentración nazi en donde se exterminaba a los judíos, esos son crímenes de Estado. Que no se digan absurdos jurídicos que solo confunden.