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No hay delito perfecto

En esta sesión se votaba por la destitución del presidente Lasso, a sabiendas de antemano de que no había los votos necesarios para ello ( 92 votos)’.

Efectivamente, no hay delito perfecto. Por precauciones mínimas que tome el delincuente, siempre algo le falla al final, lo que permite descubrirlo y ponerlo a buen recaudo de la justicia. Eso aconteció en la sesión 782 de la Asamblea Nacional celebrada el día 28 de junio último.

Una disposición absurda del presidente de la Asamblea fue la de celebrar esta sesión “de manera virtual”, en lugar de hacerla presencial. Un detalle que hizo que el delito no fuera perfecto. En esta sesión se votaba por la destitución del presidente Lasso, a sabiendas de antemano de que no había los votos necesarios para ello ( 92 votos).

Como esta Asamblea solamente está dedicada a la “antropofagia”, por lo que cuenta apenas con un escaso diez por ciento de aprobación de la ciudadanía consciente, acudió a buscar los votos que faltaban empleando para ello el ‘hackeo’, que es una infracción penal.

La legisladora Wilma Andrade dijo que ella votó por el no y que en la pantalla aparecía el sí. Lo que no era verdad. El legislador Dalton Bacigalupo reaccionó en igual sentido y fue más allá: exhibió el manipuleo de su voto. Igualmente los legisladores Guido Chiriboga y Marlon Cadena, luego de haber votado por la no destitución, dijeron a la Asamblea que sus votos aparecieron en las pantallas con la palabra sí, lo que no era cierto. Solicitaron rectificación de la votación, que es lo parlamentario y allí se descubrió que lo que ellos dijeron era la verdad. Votaron no. Por eso no hay delito perfecto.

Para evitar nuevos intentos delictivos, Wilma Andrade solicitó la ratificación de la votación, que dio como resultado final que no hubo los votos para la destitución. Los autores de la pretendida destitución se quedaron con los churos hechos…

Esto no puede quedar para el comentario, La justicia debe intervenir para que se investigue y se sancione a los responsables de esta infracción que pone en peligro el ejercicio de la verdadera democracia en el país. Se aproximan elecciones seccionales que demandan seriedad y hay que evitar que los “genios“ intenten hackearlas.