Presidente, presente las pruebas

Introducir un tema tan delicado y serio al campo político es riesgoso por el desgaste de ese terreno. Pero no deja de ser una decisión comprensible. Si no es el campo político, ¿dónde?
Estoy seguro de que muchos ciudadanos comulgan con los señalamientos del presidente Guillermo Lasso sobre candidatos y políticos vinculados con las mafias del narcotráfico. Soy uno de ellos. Y también con que ese matrimonio entre políticos y delincuencia organizada no es reciente. Sin embargo, es inevitable que las preguntas salten ante acusaciones de esa magnitud: ¿por qué develarlo ahora, a puertas de un proceso electoral, si el vínculo, tal como lo aseguró Lasso en una reciente entrevista, es de larga data? ¿Desde cuándo conoce el Gobierno estos vínculos? ¿Quiénes son esos candidatos y políticos?
No se trata de sentar al presidente en el banquillo, sino de transparencia. Este tema inevitablemente se tornará político. De hecho, ya lo es desde el momento en el que el jefe de Estado lanzó esos señalamientos en una entrevista en Estados Unidos. Introducir un tema tan delicado y serio al campo político es riesgoso por el desgaste de ese terreno. Pero no deja de ser una decisión comprensible. Si no es el campo político, ¿dónde? ¿En la tan desprestigiada justicia? ¿En el cuestionado y convulso Consejo de Participación Ciudadana?
Presidente, no le queda otra salida que presentar las pruebas.
Sí, a la tan desprestigiada justicia, pero también y sobre todo a los ciudadanos. Póngale rostro a esos aspirantes y también a esos asambleístas. Los votantes merecen saber, antes de ir a las urnas, quiénes realmente están detrás de aquellos a quienes postulan para gobernarlos en sus ciudades, provincias y parroquias.
Es momento de que la Fiscalía y la Unidad de Análisis Financiero y Económico, de una vez y por todas, hagan su trabajo.
Los jueces, en caso de que estas acusaciones pasen a ese terreno, tienen una oportunidad única de demostrar a los ecuatorianos que pueden tomar una decisión sin presiones.
Y los ciudadanos están llamados a vigilar y a analizar la situación de manera crítica y sin pasiones.
De abrirse investigaciones, estas no pueden convertirse en moneda de cambio por votos en la Asamblea Nacional, de archivo de indagaciones o de cualquier otra prebenda.