Entre vinos y alistas de pollo

Las leyes son representación de la voluntad del pueblo y espejo de los valores de una sociedad; guían todos los actos de los ciudadanos. El rol de los jueces es juzgar siempre acorde a ellas sin extralimitarse en sus funciones; ante una ley que evidencia error solo pueden realizar un control difuso constitucional y convencional. ¿Quiénes son los encargados de las leyes que todos debemos respetar? Los mismos payasitos que cada cuatro años agitan banderines en los semáforos, visitan nuestras casas y llevan regalitos; con bailes divertidos en TikTok, y sin idea de qué significa una ley o un Estado constitucional de derecho. Llegaron por nuestro voto al poder y cumplido su objetivo, que ni ellos mismos saben cuál es pues muchos entraron para rellenar una lista o porque un amigo o familiar los palanqueó, hoy no les queda más que realizar un show para que las masas que entienden a la política como el arte de “si van a robar, roben bien” estén contentas y los dejen en paz. Estos políticos cada semana nos alimentan con algún nuevo tema que mantiene a la gente ciega a los verdaderos problemas. Han reducido el debate en la Asamblea a fotos graciosas con cartones de alitas de pollo y discursos que mencionan que tienen hambre y que es mejor parar de legislar para ir a comer. Se han convertido en burla de los ciudadanos y hazmerreír internacional; hacen todo menos legislar. Se pasan armando juicios políticos para ofrecer la cabeza de cualquier funcionario y saciar la sed de sangre de la gente incauta que los eligió y que ya ni sabe lo que quiere. El pueblo tiene los gobernantes que se merece.