Subasta impresionante
Le determina a mantenerle su protección; ya hace de ella lo que él desea y Dios sabe que no dejará de hacerlo, en el futuro
Es impresionante que en el siglo 21, tercer milenio, año 2022, estemos asistiendo a la subasta de un ser humano para asesinarlo. Que se lo puede matar hasta la semana 28; no, no…, hasta la semana 20 o 22; no, no…, hasta la 6, o 12… Por favor: ¡paremos esto! Es un ser humano, y existe desde la concepción o fecundación. Ahora resulta que hay grupos que se hacen denominar provida, confundiendo a las personas y diciendo que proponen que se despenalice el aborto hasta menos de las 12 semanas de gestación, como si al disminuir las semanas el ser humano deja de serlo. La primera célula que se divide activamente (cigoto), este pequeño ser humano en incesante organización, que va a implantarse a la pared uterina con el nombre de blastocisto, es ya un ser humano distinto de su madre. No solo su individualidad genética está perfectamente establecida, sino que -cosa casi increíble- el minúsculo embrión al sexto o séptimo día de su vida, con nada más que un milímetro y medio de longitud, es ya capaz de presidir su propio destino. Es él y solo él quien por un mensaje químico estimula el funcionamiento del cuerpo amarillo del ovario y suspende el ciclo menstrual de la madre. Le determina a mantenerle su protección; ya hace de ella lo que él desea y Dios sabe que no dejará de hacerlo, en el futuro.
Mario Monteverde Rodríguez