Señor Aquiles Álvarez

Con respecto a Febres-Cordero, fue un gran legislador, presidente, y alcalde de Guayaquil

En países desarrollados intentar comprar con dinero la conciencia de los pueblos le resultaría fatal; el pueblo se avergonzaría de tal propósito y habría una reacción eficaz y silenciosa, con fuerza tal que ese ofensor a la dignidad de la comunidad entera estaría enterrado políticamente de por vida. En nuestro país el pueblo acepta toda clase de dádivas, pero jamás cumple con ese político porque sabe que eso es infamante, lo que hace imposible comprar su conciencia. Ya ha sucedido muchas veces. A los pueblos no se los compra, se los gana, y se los gana de por vida. Vea usted cómo lograron ser amados por el país entero Assad Bucaram Elmhalin y León Febres-Cordero Ribadeneyra. Con respecto a don Assad, un político velasquista de ese tiempo, le inventaron que no había nacido en Ecuador, que era libanés y que su nombre era Fortunato Cury Buraye, para obstaculizar su ascenso a Carondelet, pues con toda seguridad habría ganado las elecciones. Les falló el plan. Luego modificaron la Constitución de ese entonces en un santiamén, que preconizaba que para ser presidente de la República se necesitaba ser ecuatoriano de nacimiento solamente; adicionaron que debería ser hijo de padre o madre ecuatoriano. Eso no permitió que don Assad fuera presidente, pero se convirtió posteriormente en prefecto del Guayas. Velasco Ibarra pasó el prestigioso Comité Ejecutivo de Vialidad del Guayas al Consejo Provincial, lo que le dio a este mayor cobertura provincial. Yo no era partidario de don Assad en ese entonces, cuando era un modesto empleado en el Departamento de Ingeniería del Consejo provincial en la prefectura de Bolívar San Lucas Zavala, y cuando ganó la Prefectura don Assad, enemigo acérrimo de don Bolívar, dijo a todos los empleados de don Boli que no los quería en su administración. Renuncié y al resto lo sacaron a viva fuerza;, después ganaron un juicio y los indemnizaron. Con respecto a Febres-Cordero, fue un gran legislador, presidente, y alcalde de Guayaquil, y vivirá en la memoria de los ecuatorianos por siempre.

Jorge Morán Mosquera