Quedan tres años

Es tiempo, y tal vez sea muy tarde, de decir algo sobre lo que ocurre. Las rivalidades, amenazas e insultos son la tónica normal. Lo curioso es la alianza entre correísmo y socialcristianismo, vinculándose Nebot como maestro de las jugadas que siguen las instrucciones de Correa para entrar a la impunidad. Este mero propósito causa vergüenza y desconcierto en el comportamiento de los socialcristianos. A su vez, Lasso, como dice en su comentario el señor Aguilar, finge sorpresa sobre la libertad a Glas. Eso fue predecible y es inaudito, criticable y aborrecible haber usado un recurso jurídico de larga data, haberlo alterado al gusto y paciencia. El Gobierno no hizo nada para impedirlo, teniendo la obligación, moral y jurídica de hacerlo. Eso pone a Lasso a la defensiva y su voluntad está a expensas de una meta por demás primitiva de Correa, quien en vez de mostrar arrepentimiento se envanece y niega todo. Y en lugar de proponer arreglos a las crisis del país, lo que ordena va únicamente a favorecerse a sí mismo, como si fuera el dueño de Ecuador. A esto se suma la reacción de la Corte Constitucional, que al argumentar 'rechazo' a la injerencia del Gobierno sigue el juego al crimen organizado; todo indica que se está alineando con Correa. Todo el andamio jurídico y legislativo fue elaborado por Correa en su gobierno para atar la concepción del derecho de castigar al Estado. Lasso está obligado a desmantelar este andamio ficticio y para ello el tiempo apremia. Tiene tres años para hacerlo.

Dr. Francisco Bayancela G.