Pena de muerte

Los delincuentes saben que los ecuatorianos estamos desarmados e impedidos por ley de tener armas para defender la vida y nuestra propiedad; tal parece que en Ecuador las leyes no fueron hechas por juristas sino por delincuentes y que estos tienen el control del país.

En Ecuador ya hay la pena de muerte, no está decretada en las leyes, sino por los delincuentes. Los ecuatorianos ya no estamos seguros en ninguna parte, podemos morir en manos de un sicario que se confundió o por una bala perdida. A los delincuentes no les falta nada, tienen derechos humanos y civiles, pueden votar, saben que la Policía esta neutralizada por la Ley de uso progresivo de la fuerza, y con el mal precedente de la condena al oficial Olmedo, que recibió condena de 13 años de cárcel y ahora tiene que indemnizar con $ 10 mil a dos delincuentes a los que en legítima defensa ajustició, y que nunca va a poder pagar. Los delincuentes saben que los ecuatorianos estamos desarmados e impedidos por ley de tener armas para defender la vida y nuestra propiedad; tal parece que en Ecuador las leyes no fueron hechas por juristas sino por delincuentes y que estos tienen el control del país. Han adquirido el derecho a cobrar impuestos (vacunas). Cuando en un país las leyes son injustas o no se las puede cumplir, la obligación de un gobierno es proteger a los ciudadanos e imponer el orden y combatir la delincuencia con las mismas armas del terror y el miedo, tal como lo hacen en El Salvador y Guatemala. De otra manera, nada va a cambiar y solo se le pondrá la alfombra roja al próximo gobierno del socialismo siglo XXI.

Juan Orús Guerra