Pactar ya la paz

Por lo tanto, es suicida la locura de enrocarse en un “hágase la justicia -o lo que cada cual considera tal- y perezca el mundo”.

Cada día son más urgentes los llamamientos a una paz negociada en la guerra en Ucrania.

No solamente por parte del pueblo ruso, que nunca la aprobó, sino incluso entre los más cercanos a Putin, que ven desmoronarse sus riquezas y una posición política que únicamente un Putin suicida mantiene aún, con peligro de su presidencia e incluso de su existencia.

Paz, ya, piden también, cada día con más insistencia los muchos aliados de Ucrania, ya sea que lo hayan apoyado en defensa propia, como los países europeos, o por otros motivos, pero a quienes la guerra les resulta ya demasiado gravosa.

Y sobre todo, ansía la paz el sacrificado pueblo ucraniano.

La paz solo es concebible si es pactada, si cada parte renuncia a alcanzar todas sus metas, al menos por un tiempo; porque la experiencia muestra cuántas vueltas da la historia en esa misma zona en poco tiempo.

Por lo tanto, es suicida la locura de enrocarse en un “hágase la justicia -o lo que cada cual considera tal- y perezca el mundo”.

Fermín Espinosa Romeo