Morir corriendo

Le doy, no un dato, sino muchos. Corriendo murió el soldado griego de Maratón y su desgraciado copión, patentando el ‘jogging’, en EE. UU., país que lo ha prohibido a sus militares, “contentándose” con enseñarles a marchar.

Miles son ya hoy día los que en el mundo entero se discapacitan e incluso algunos mueren, antes, en o después de las maratones, por los dolorosos excesos insensatos autoinfligidos en modo creciente durante largos entrenamientos.

Prácticas que son desaconsejadas por todos los médicos serios, no vendidos a despiadados intereses económicos, que montan esos insensatos circos, en los que incluso participan algunas ONG que ya hace tiempo han renunciado a las algo menos bárbaras “corridas de beneficencia”.

Sí, una vez más se confirma tristemente aquí que no hay locura contra sí mismo que, bien manipulada, como los flagelantes o los antivacunas, no encuentre corriendo seguidores que crean así conseguir más salud física o mental (autoestima), ante e incluso sobre los demás.

Martín Sagrera Capdevila