Mensaje navideño
La tristeza compartida con el necesitado de comprensión
Navidad, fecha de alegría, de ilusión, de reconciliación. Es la oportunidad que la costumbre, la tradición, la historia, el mito, la leyenda, la fe, han determinado como la celebración de un hecho significativo para la humanidad, como un capítulo de manifestación sentimental que permite el reencuentro sincero de las personas.
Hay quienes aducen que la estrella señala el camino de un nuevo destino: hay quienes piensan que la estrella debe significar el camino de la tranquilidad, del sentimiento, de la solidaridad y la comprensión. Y hay quienes determinan a la estrella como un fenómeno más de este misterioso Universo. Todas las opiniones son respetables.
Pues esa es la Navidad: la entrega sensible de la aceptación a nuestros semejantes, la mano extendida, que no espera recompensa; la palabra oportuna ante el infortunio, la palmada en el hombro del abatido. La tristeza compartida con el necesitado de comprensión. La Navidad, no debe ser la peregrinación al templo mítico, únicamente, la Navidad es la peregrinación por el camino de una buena calidad de vida. La Navidad es la peregrinación hacia el interior de nuestro ser, hacia nuestra conciencia. Es la peregrinación hacia el sentimiento y la exteriorización que nos permite ver con amor a la naturaleza y a sus criaturas … a la existencia.
Celebremos la Navidad como la fecha de fraternidad con nuestro entorno, con nuestros semejantes, con nuestra existencia. Colmemos de presentes éticos el espíritu de quienes nos rodean. Sintamos el placer de reír con la alegría y la felicidad de sabernos dignos, nobles, solidarios… humanos. ¡Feliz Navidad!
Lic. Iván Vaca Pozo