Industriales de la muerte

Petroleros y mineros desde el subsuelo extraen la muerte con metales pesados y tóxicos que contaminan. Agroindustriales desde la atmósfera riegan la muerte con químicos. Industriales de la madera acaban con la vida que queda en ecosistemas forestales. Industriales urbanos echan sus efluentes contaminando. Industriales del transporte terrestre, aéreo y marítimo rematan con escapes quitando oxígeno. Toda esa destrucción los industriales la justifican aduciendo que sin sus “esfuerzos” el sistema no funciona, colapsa. ¿Qué sistema? El de la muerte, lenta pero segura. Un sistema que ha convertido al planeta en gran campo de concentración con cámaras de muerte calentándose. ¿Habrá suficiente espacio y medios para enterrar los muertos? ¿Quién quiere este sistema de la muerte? Nadie más que los beneficiarios privilegiados. La abrumadora mayor parte de la población mundial no depende de este sistema industrial. Más de dos terceras partes de la humanidad viven recluidos en los espacios no industrializados que aún quedan en el planeta y mantienen vivos los bosques que aún quedan. Son defensores de otro sistema no industrial donde cada localidad tiene soberanía alimentaria y poco o nada dependen de productos industriales. La humanidad no necesita a los industriales de la muerte. Es urgentemente necesario enrumbar la sociedad posindustrial, antes de que crecientes tormentas arrecien.

Federico P. Koelle D