Indigna que nos hagan anfitriones en medio de tanta pobreza

Que comprueben que aquí los pobres duermen en calles y plazas, que puedan ver los rostros de niños desnutridos, que hay carencia de medicinas y que los hospitales...

Resulta extraño que sin sanar de la pandemia que aún causa mucha tristeza en miles de hogares ecuatorianos, ni haber podido salir de la pobreza en que nos dejó el tóxico gobierno anterior, el presidente Lasso sin más trámite haya estampado su firma de responsabilidad para que los guayaquileños seamos anfitriones de una final de Copa Libertadores de América. Asimismo, causan pena las declaraciones de los ministros de Deporte y de Turismo, pronosticando que habrá millonarias ganancias por los miles de turistas que vengan a nuestro país, cuando lo primero que debieron haber manifestado es que van a preocuparse en brindar garantías suficientes para cuando pisen nuestro territorio, minado por robos, secuestros, muertes violentas y delincuencia organizada. Haber programado una fiesta para que se lleven el dinero de los pobres ecuatorianos es el peor sacrilegio. Es verdad que se trata de uno de los eventos más vistos en el mundo. Sin embargo, ojalá esto sirva para que quienes nos visiten comprueben cómo vivimos; que los hagan pasear por el suburbio, donde la pobreza campea todo el año. Que comprueben que aquí los pobres duermen en calles y plazas, que puedan ver los rostros de niños desnutridos, que hay carencia de medicinas y que los hospitales son el fiel reflejo de la poca importancia que da el Gobierno a pagarle la deuda millonaria que reclama el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).

José Emilio Ruiz Ortiz