Cartas de lectores

Para evitar privilegios

Los dirigentes de los Estados realmente democráticos deberían imitarle

Francisco, quizá -o no- por su origen jesuita y para evitar un privilegio, ha terminado con la locura (o/y corrupción) de otro Papa reciente, que convirtió al Opus Dei en una especie de diócesis mundial, cuyos miembros no debían obediencia al ordinario (obispo) del lugar, sino al jefe de su grupo, que hasta ayer podía ser obispo. Los dirigentes de los Estados realmente democráticos deberían imitarle. Empezando por Italia, cuyo jefe, entonces Mussolini, corrompió a la Iglesia católica, que en vez de seguir a su Fundador, que afirmó que su reino no era de este mundo, concedió en 1929 tener un poder civil, ser dirigida por un papa-rey que intercambia embajadores con casi todos los países.

María Faes Risco