La delincuencia, una guerra desigual

Todo está disparatado, algunos jóvenes siguen desfilando en grupos por los barrios, fumando y conversando con “vocabulario florido”...

El avance de la delincuencia en Guayaquil y en todo el país es veloz, por lo que es inadmisible que cada grupo de autoridades pretendan reformas sin ponerse de acuerdo. 

Ahora estamos ante una guerra desigual donde los malos se burlan inmisericordemente de todos. Se los ve robando y son llamados “presuntos” porque tienen más poder que los perjudicados; con robos de objetos pequeños son liberados de inmediato aun teniendo 10 o más detenciones anteriores, y si se meten en una casa no se los debe saca a la fuerza, se les debe pedir de favor que salgan con nuestros objetos. 

Todo está disparatado, algunos jóvenes siguen desfilando en grupos por los barrios, fumando y conversando con “vocabulario florido”, porque tienen permiso. Los motociclistas tienen libertad de andar a mayor velocidad que los autos siendo un vehículo con motor, y no corrigen las leyes. Como no existe un marco legal que impida delinquir, los insolentes no respetan a los uniformados. Durante ciertos noticieros, el 50 % del tiempo dedican a este tipo de “noticias” que ya no son tal y no instruyen. 

En cada barrio los moradores tienen focalizados los sitios de expendio de drogas; los policías podrían conocer, pero andan desarmados, despojados de derecho a defenderse y, las reformas de leyes, ¿pa´ cuándo? Es necesario, urgente, que de una vez por todas las autoridades se reúnan para corregir esta situación caótica, teniendo cuidado de nombrar personas idóneas para los cargos.

Arq. Rodolfo López Osorio