A los conformistas solo les importa que no hagan olas

Es doloroso ver cómo personajes que podrían orientar grandes transformaciones se acogen al ‘statu quo’.

Se dice que en el infierno hay un compartimiento casi lleno de estiércol al que condenan a los oportunistas, facilistas y conformistas. Con el estiércol hasta el cuello, solo les interesa que no hagan olas por toda la eternidad, mas no el salir, circunstancia que se daría también en la tierra cuando a los ciudadanos de un país sumido en el estiércol por la cleptocracia y el desgobierno no les interesa salir del él, solamente que no hagan olas. Hay circunstancias que privilegian fatalmente el conformismo, a pesar de las crisis letales que podrían aniquilar el futuro. La mediocridad, la hipocresía y la complicidad con el fracaso, determinan que se imponga el conformismo como sistema prevalente de clases políticas carcomidas por la corrupción e indolencia. La nación se halla en esta circunstancia. Es doloroso ver cómo personajes que podrían orientar grandes transformaciones se acogen al ‘statu quo’. Tenemos la peor Constitución, la correísta, que genera poder, corrupción e impunidad absolutos, pero la clase conformista no quiere Asamblea Constituyente; no hay que hacer olas. Es ’vox populi’ que emisarios del régimen negociaron en Panamá con una de las familias más corruptas del país la entrega, por su silencio cómplice, de hospitales del seguro social y de la asistencia pública, y nadie les pide cuentas. Al contrario, conformistas plantean la necesidad de que termine su mandato democráticamente y se vaya, tranquilamente, con su inoperancia e impunidad, sin que nadie haga olas.

Mauro Terán Cevallos