Cartas de lectores: Tres escritoras ecuatorianas y homenaje a la mujer

Sus respuestas suscitaron el interés del público asistente por la claridad y consistencias de sus pronunciamientos

El 6 de marzo se realizó un importante encuentro de doble celebración: la mujer y la mujer escritora, organizado por la Comisión Literaria de la Fundación Sociedad Femenina de Cultura.

Me correspondió entrevistar a tres escritoras ecuatorianas (compañeras cuyas voces he seguido permanentemente). Ellas publicaron sus narrativas en 2024: Carolina Andrade (A orillas de un relato), Liliana Miraglia (París 5) y Mariasol Pons (El asesino del tronco).

A manera de un preámbulo debo decir, sobre todo como lectora, que las tres escrituras descubren/ describen el dolor desde sus respectivas especificidades, el dolor de lo que significa transitar la existencia impregnada hoy por el ‘sentido común’, que encierra, asfixia, en infinidad de ocasiones.

Sus respuestas suscitaron el interés del público asistente por la claridad y consistencias de sus pronunciamientos. Asumen con dedicación y pasión el difícil proceso de escribir para ser leídas, y el primer escollo de los pocos lectores constituye para ellas un desaliento. Aspiran a que su texto se encuentre con potenciales lectores y a partir de la plurisignificación provea de muchos sentidos y riquezas. Por ello todo acto de escritura ficcional -sostienen- es un desafío. Por ejemplo, frente a la violencia desbordada, hay que profundizar en el tema desde muchas posibilidades y completar lo que hace falta, incluso conectando con las emociones.

Ante una pregunta del público sobre qué hacer frente a la problemática de pocos lectores, la escritora Andrade habló de la necesidad de implicar a la educación pública con una enseñanza calificada del pénsum Lenguaje y Literatura; formar a los estudiantes en lectores desde tempranas edades. Estando totalmente de acuerdo con ella, añadí la urgente revisión de los programas de estudio y la urgencia de capacitar a docentes con acompañamiento para fortalecerlos. Urge también asumir las humanidades (riqueza del lenguaje y la literatura, apropiación de valores y respeto a los demás) desde su más efectiva implementación.

María Cecilia Loor de Tamariz