Cartas de lectores | Robarse el pensamiento

A los partidos “grandes” les interesa que se inscriban el mayor número de partidos

Cuando una o más personas tienen las misma idea se suele escuchar: “Me robaste la idea”. Las ideas son personales, pero cuando se trata de solucionar o resolver importantes asuntos de índole nacional, para no irnos tan lejos, se pueden mencionar por cuenta propia muchas alternativas similares. Sin empacho se dice “que nadie es dueño de la verdad”, porque además, esta no existe. Como dijo el poeta Don Ramón de Campoamor (1817-1901), “todo es según el color del cristal con que se mire”.

Lo que sí debe evitarse, e incluso debemos huir de ellos, es a los malabaristas de los términos o de las palabras, que con pulidos sortilegios tratan de cambiar conceptos para favorecer sus intereses. Dentro de ese ámbito, se pueden disculpar las cifras que dan ciertas encuestas, que con estadísticas fuera de todo contexto, emiten resultados de encuestas que, al momento de comprobación, quedan al margen perdiendo credibilidad y que, bajo esa imposición de nula aceptación, pretenden ser aceptadas a fuerza de repetirlas hasta establecerlas como un inexorable axioma. De esta forma, van subsistiendo como un eje más de la trama del engaño electoral.

De igual manera se desarrollan las llamadas unidades políticas de izquierdas para la próxima contienda electoral de febrero de 2025. Pero la experiencia y las realidades, llegado el momento cumbre de las inscripciones de estas uniones partidistas, no se concretan.

Los motivos (o pretextos) son muchos; podemos citar los principales: 1.- No aceptación de puntos programáticos. 2.- Pugna por la ubicación de puestos de los candidatos asambleístas (nacionales, provinciales, extraterritoriales). 3.- Número de afiliados y adherentes, fijos y supuestos, los que les da la potestad de acreditarse mayor participación del fondo electoral. Todo esto se transforma en una obra de teatro con un siniestro guion, ya que después de tratos, expectativas, acuerdos y pactos, cada uno se va por su lado.

A los partidos “grandes” les interesa que se inscriban el mayor número de partidos, léase “chimbadores” (corren electoralmente sin opciones de triunfo), pero hacen contrapeso en el cómputo general... Pero estos mismos, a la vuelta de la esquina, acuerdan un apoyo tácito a los partidos del mejor postor, que con ingentes recursos económicos y compras de conciencia, no al pueblo sino a los “líderes de los partidos”, consolidan la posición de esta manera y se alzan con el poder.

 Cesar Antonio Jijón Sánchez