Cartas de lectores: Para legar un futuro más sereno y seguro

Pretender imponer a otros modos y maneras de transitar por una tierra que es de todos, es violar la dignidad del ser humano

Son muchos los refugiados que tienen desesperanza. Por eso se impone como deber colectivo respetar el derecho universal de vivir y dejar vivir a la gente. Pretender imponer a otros con supremacía y fanatismo opresor, modos y maneras de transitar por una tierra que es de todos y de nadie en particular, es violar la dignidad del ser humano y ultrajar el propio espíritu celeste. 

Se agrava la situación aún más por la grave crisis financiera que enfrenta la agencia para los refugiados, empeorada por la reducción de fondos de EE.UU., que ha obligado al cierre de programas esenciales de asistencia en todo el planeta. 

Por desgracia, con demasiada frecuencia los migrantes son ignorados. Pero no hay un muro suficientemente grande que nos impida ver situaciones injustas; nos hemos globalizado y todo está al alcance de la mano. Recortar fondos para los más necesitados no es algo de lo que pueda gloriarse nadie, más bien nos exhorta a ponernos en movimiento para intensificar quehaceres hacia esa gente abandonada y alentar a todos a trabajar por una humanidad realmente libre y solidaria.