Cartas de lectores: El Imperio se renueva
Tras ganar la guerra mexico-americana en 1848, le arrebataron a México la mitad de su territorio
Desde que asumió su segundo mandato, el presidente estadounidense Donald Trump ha reiterado que devolverá la administración del canal de Panamá a los norteamericanos, que comprará la isla de Groenlandia a Dinamarca y que sería grandioso convertir a Canadá en el estado número cincuenta y uno de la unión. No es de extrañar.
Los padres fundadores de la unión norteamericana tenían la creencia de que eran el pueblo escogido por Dios para guiar al mundo.
Desde sus comienzos, las ambiciones expansionistas de Estados Unidos fueron evidentes.
Tras ganar la guerra mexico-americana en 1848, le arrebataron a México la mitad de su territorio; el territorio perdido hoy comprende los estados de California, Nuevo México, Arizona, Texas, Nevada, Utah, y parte de Colorado y Wyoming; casi nada.
En 1867 le compró Alaska a Rusia. Y en 1898 intervino en la guerra hispano-cubana, quedándose con el control temporal de la isla de Cuba, Puerto Rico y las Filipinas.
Las amenazas del habitante de la Casa Blanca parecen revivir las ansias expansionistas del imperialismo gringo, que habían quedado adormecidas por los efectos de la globalización. Ahora, con el lema estrella de Trump: “hagamos a América grande otra vez”, el monstruo anexionista parece querer despertar.
Pablo Virgili Benítez