Cartas de lectores: No hay espacios para el desarrollo

El Gobierno aún está a tiempo para confirmar o desmentir esta información

La situación del país se está comprimiendo aceleradamente en todos los órdenes. Demagógicamente nos pintan el asunto como algo trivial, como se dice popularmente: “pajaritos en el aire”. La realidad es que muchos espacios se están cerrando o ya han cerrado definitivamente. Este estancamiento es consecuencia directa de una mala conducción de la política económica, eje del desarrollo nacional. Esta deficiencia arrastra al ámbito social, laboral, a la pequeña industria, la artesanía, el turismo, el emprendimiento y el ahorro, afectando todo lo relacionado con el dinero. 

El decrecimiento del circulante se percibe en los bolsillos de los ecuatorianos: pagamos más, consumimos menos, por el deterioro del poder adquisitivo. Industriales, comerciantes y proveedores de servicios, en su afán por revertir pérdidas, recurren a promociones engañosas que, en realidad, encubren aumentos de precios, generando inflación. 

Esta estrategia reduce aún más las ventas, provoca pérdida de empleo, convierte activos en pasivos y debilita la agilidad comercial y productiva, lo que lleva a cierres de negocios, contracción laboral y económica, y falta de liquidez. En el país, los espacios se están extinguiendo. Vivimos una atmósfera de negación y de confusión sobre la realidad. 

Nos han llevado a una burbuja de creencias donde lo malo parece bueno y lo bueno, malo. Soportamos esto con conformismo, bajo el precepto. ¿No estaremos equivocados? Al mirar al Ecuador profundo, sentimos que estamos en lo cierto, aunque factores internos y externos traten de desinformar. Se coartan espacios de opinión y se distrae al pueblo con luces llamativas, mientras las medidas económicas afectan incluso la nutrición de la población por falta de una política de circulación monetaria real. 

Surgen ofertas poco creíbles, como una plataforma en la que se invierten $100 y se ganan $2.000 semanales. Se asegura que más de 30.000 empleados han renunciado para aprovechar esta ‘oportunidad’. Si esto fuera cierto, ¿por qué el Gobierno no hace depósitos en esta plataforma a nombre de todos los ecuatorianos, cobra este beneficio y lo intercala en el Presupuesto General del Estado y obviamos los prestamos al FMI o BM? Sería una gran ejecutoria para financiar obras públicas. Dejamos la interrogante. Hoy con la inteligencia artificial podemos hacer hablar a un burro o bailar reguetón a un camello. El Gobierno aún está a tiempo para confirmar o desmentir esta información.

César Antonio Jijón Sánchez