Cartas de lectores | Dignifiquemos la vida
¿Y el pensamiento y el intelecto?, duermen el sueño eterno
Latiendo está la vida con fuerza inusitada, el sol abrió sus brazos cual si fueran abrazos y la nostalgia vuelve al alma embelesada; afloran recuerdos, la vida es complicada. Recuerdos, caminos bien vividos, son surcos que caminan en todos los sentidos. A veces nos traen risas, carcajadas ardientes o una lágrima brota en el rostro silente. Enjambre de ilusiones anidan en el alma, como preciosas burbujas caminan ansiosas ante el futuro incierto, en el universo abierto que a diario se desgrana. Pero la vida sigue girando en contravía, en la calmada noche, en el flamante día. Pido clemencia a Dios y le digo a la vida, que apacigüe un poco a este convulso mundo. Tanta violencia inmersa, todos corriendo, temblando, como jugando a la escondida, en un callejón sin salida. Todos quieren ser ‘grandes’, llenándose de cosas superficiales que a la final agotan y engañan. Lo mundano envanece, al cuerpo y alma envejecen y dejan sin mañana. ¿Y el pensamiento y el intelecto?, duermen el sueño eterno, sin aspiraciones ni firme proyecto. ¿Y el alma?, absorta espera y parece decirnos, ¡estoy aquí, soy tu paloma mensajera! Pero hay personas insensatas, alocadas o mustias, que disfrutan el momento aunque con temor y angustia. Hay que hacer un detente, urgente. Pensar antes de actuar, prepararnos para el futuro y entregar nuestro potencial; en la lucha está el triunfo sin igual. También debemos querer, escuchar y respetar a todos por igual, con corazón ardiente y siempre resiliente. No hay que vivir por vivir, porque entonces es igual vivir que morir.
Myrna Jurado de Cobo