Cartas de lectores: Cuento chino en tierra colorada o monumento al despilfarro

La obra está paralizada y Celec contratará con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, plazo 12 meses

El déficit energético por el estiaje en la vertiente oriental pudo haberse restado con el ingreso de 254 MW del proyecto hidroeléctrico Toachi Pilatón, de la ‘década ganada’, que fue adjudicado con criterio ideológico más que técnico. Inicia la construcción en 2007 con Odebrecht, luego de un año abandona, es expulsada del país; toma la posta el consorcio chino-ruso (CWE-Inter Rao) en 2010, para obras civiles, provisión y montaje de equipos electromecánicos; los trabajos se ejecutan con aparente normalidad hasta 2017, cuando por disposición del jefe de gobierno Celec termina unilateralmente el contrato; hay una demanda de $ 68 millones que está en litigio. La contratista de obras civiles continúa los trabajos con problemas de calidad y plazo. En 2019 en reemplazo es adjudicada otra empresa rusa Tyazhmash. En marzo de 2022, CWE demanda al Estado por $ 100 millones porque este decidió terminar el contrato unilateralmente, Celec argumenta que CWE se negó a subsanar fallas técnicas que impiden iniciar la operación túnel Alluriquín, presa Toachi y chimenea de equilibrio Alluriquín. La falta de obra civil impide el avance dice Tyazhmash y solicita ampliación de plazo por 1 año. La obra está paralizada y Celec contratará con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, plazo 12 meses. Hay esperanza de que para fines de 2024, tras 17 años de construcción, al fin entre en operación Toachi Pilatón, cuyo costo total es $ 1.000 millones y unitario de 4.000 USD/MW, cuando en el mercado internacional está entre 800 y 1.000 USD/MW.

Marco A. Zurita Ríos