Cartas de lectores | Se enciende el Ecuador 2025
Que esta Navidad nos llene de humildad y recibamos regalos divinos que sanen
Sí, se enciende con las luces navideñas para recordar este diciembre, la natividad de Jesús, hijo de Dios, rey de los cielos y la tierra, que vino al mundo para salvarnos; una fecha que debe ser de amor, alegría, esperanza, para así glorificarnos. Pero también se incendia sin medida con tantos hechos delictivos que la tienen abatida. ¡La patria está consumida por la maldad enquistada y permitida! En los poderes del Estado la degradación moral ya no tiene límites; la gente vive con temor. Adultos y jóvenes se sienten acechados, acorralados y con la oración en los labios para proteger sus vidas. La confusión es total, no se puede estar en paz en las calles, por el ruido ensordecedor de vehículos a exceso de velocidad, motos fantasmas por todos los lados, pitos, sirenas, altavoces; un laberinto mortal. Todo esto matizado con las noticias de periódicos, canales de televisión y radiodifusoras, la mayoría negativas. ¡Hasta cuándo resistimos tanta podredumbre humana? Nuestro cuerpo y nuestra mente ya no soportan tanto dolor y estamos conscientes... Un ejército de pensamientos nos invade a veces, entonces buscamos la luz, pero esta se disfraza o se diluye y es cuando recurrimos a los demás. Solemos dignificar a las personas que nos rodean pero, sin pleno conocimiento de lo que son, hasta que una mala acción nos abre los ojos y entonces las podemos juzgar. Se incendia el alma y se sufre por los exabruptos de quienes nos rodean, parecen gallos de pelea, pero nadie toma la vara correcta para medir la situación; todos quieren ganar sin importar quien tiene la verdad. No nos dejemos contagiar por estos agravios que por muchos son parte ya del escenario de nuestro querido Ecuador. Es hora de romper las cadenas de lo visible e invisible que corroe y tomar las riendas de nuestra sociedad; luchar por la unión pero basada en la libertad de conciencia, mas con una verdad de excelencia. No dejemos pasar nuestra vida con pena y sin gloria; luchemos por la justicia con palabras que sean hechos, porque a las palabras las lleva el viento y este vuela por caminos que traen descontento. No sigamos incendiando al país porque corremos el riesgo de quemarnos con su fuego destructor. Mejor encendamos luces de fraternidad, amor al prójimo, trabajo en equipo, solidaridad, equidad, respeto, conocimiento académico, salud integral, gratitud a la madre tierra. Todo esto será un bálsamo que alegrará e iluminará nuestra vida.
Que esta Navidad nos llene de humildad y recibamos regalos divinos que sanen y salven la vida de todos los ecuatorianos.
Myrna Jurado de Cobo