Cartas de lectores | Réquiem por Ecuador

Es la por corrupción política y moral que ha infiltrado todas las estamentos y organizaciones del Estado

La muerte del Dr. Rodrigo Borja Cevallos marca un hito en la historia política del Ecuador. Fue el fin de una era, en la que valiosos ciudadanos, no importa cuales fueron sus ideas o su tendencia política, dedicaron toda su vida al servicio del país, tal como lo hicieron el Dr. José María Velasco Ibarra, Pedro Saad, Enrique Gil Gilbert,  Carlos Guevara Moreno, Assad Bucaram, Camilo Ponce Enríquez, Jaime Roldós Aguilera, Jaime Hurtado, Carlos Julio Arosemena Monroy, Sixto Durán-Ballen, y León Febres -Cordero. Al llegar al poder asumieron todos sus deberes con responsabilidad, honestidad e integridad. Nunca viajaron al exterior más de una o dos veces durante todo su mandato.

El réquiem por Ecuador es la por corrupción política y moral que ha infiltrado todas las estamentos y organizaciones del Estado, tal como lo hemos visto en los juicios de los gobiernos de los últimos años.

La pregunta que todos nos hacemos es: ¿cómo es posible que el CNE permita que un prófugo de la justicia dirija la convención de su partido en pantalla gigante? Esto revela la total descomposición moral e institucional del país, sellada por una constitución escrita para la impunidad y el caos, lo que ha permitido a la delincuencia organizada tomarse el Ecuador. 

Tal parece que el deseo de todo ecuatoriano es vivir a costa del Estado, pero ellos tampoco quieren que el Estado tenga ingresos de minería y petróleo. Alegan injusticia social, pero lo que tenemos es sobrepoblación; se multiplican por millones. Un varón de los sectores populares tiene mínimo cuatro hijos, a los cuales no los puede o no los quiere mantener. Pero sí exige educación, salud y bonos para todo. Así no habrá presupuesto del Estado que alcance. Por eso China garantiza los servicios del Estado a un solo hijo, y queda para pensar lo que Lenín Moreno nos dijo: que quizás no tuvo un mejor pueblo.

Juan Orús Guerra