Cartas de lectores | Octubre, mes de libertad

La protesta es un derecho legítimo, pero debe ejercerse pacíficamente y dentro de la ley

La mayoría de pobladores de esta bella ciudad del río grande y del estero desconocen el verdadero suceso que celebramos el 9 de Octubre. Esta fecha marcó el inicio de la ruta independentista en lo que hoy es Ecuador.

La Revolución de octubre no fue un acto espontáneo, sino la culminación del peregrinar del ser humano en busca de paz sin condiciones, libertad sin injusticias, dignidad y verdad; valores que hoy nos urgen. Fue la revancha de un pueblo ante la brutalidad de su historia. Sin el 9 de Octubre de 1820, sin la Revolución de Guayaquil, Bolívar no habría llegado a Junín, ni Sucre a Ayacucho.

Hoy el pueblo ecuatoriano está convulsionado por el alza de la gasolina y la eliminación del subsidio al diésel. Se vive un fenómeno preocupante: excandidatos que incitan al odio, al desorden, a la destrucción y a la división entre provincias. Continuar con las movilizaciones solo genera más caos.

La protesta es un derecho legítimo, pero debe ejercerse pacíficamente y dentro de la ley.

Simón Bolívar decía: “Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. Quienes destruyen y bloquean caminos no merecen llamarse ecuatorianos. Honremos nuestra ecuatorianidad comprometiéndonos a vivir con excelencia, recordando que nuestros derechos terminan donde comienzan los de los demás: base para una convivencia armoniosa.

Cada uno puede ser chispa de ese fuego que se encendió el 9 de Octubre de 1820 y que sigue ardiendo a pesar de las tempestades.

Cada ecuatoriano puede y debe ser un héroe sencillo en la gran tarea de construir una patria verdaderamente libre y soberana, donde la libertad se viva, la dignidad sea un derecho y la justicia una verdad.

Como escribió Olmedo:

“¿Veis esa luz amable,

que raya en el oriente

cada vez más luciente,

en gracia celestial?

Esa es la aurora plácida que anuncia libertad”.

¡Guayaquil por la patria!

Sara María Garaicoa Granizo