Cartago debe ser destruida

¿Debemos condenar hipócritamente esa actuación de algunos científicos o reconocer nuestra enorme inconsciencia e insolidaridad ante tan gravísimo mal presente y mundial?

Confieso que en principio me rebelé al ver tan manchada de sangre la entrada del Parlamento español. Más aún cuando supe que no era por las víctimas de la guerra en Ucrania, sino efectuada, aunque fuera con tinta biodegradable, por científicos contra el cambio climático. Mis sentimientos casi instintivos se han tenido que enfrentar a la dura realidad. Porque el hecho es que cada día fallecen muchos más seres humanos no culpables de ese deterioro climático, que las víctimas de esa guerra. Y que si las manifestaciones de protesta por la guerra de Ucrania han sido en Madrid pequeñas y ya casi insignificantes en relación a otras ciudades europeas, las manifestaciones contra el cambio climático son ahora casi inexistentes. 

¿Debemos condenar hipócritamente esa actuación de algunos científicos o reconocer nuestra enorme inconsciencia e insolidaridad ante tan gravísimo mal presente y mundial? ¿No habría que repetir, en positivo, la eficaz afirmación con la que terminaba todas sus intervenciones sobre cualquier tema en el Senado romano Catón el Viejo? Como de máxima importancia, él concluía siempre: "Por lo demás, opino que Cartago debe ser destruida". Hoy y aquí podría ser un "Por lo demás, opino que para sobrevivir todos, hay que suprimir la crisis climática".

Martín Sagrera Capdevila