Cacos a la carta

Carlos Pólit es un conocido punga contralor reelegido desde 2007 hasta su escape y que puede sumarse a los corruptos, ladrones y chantajistas de los que habla el presidente cuando se refiere a los asambleístas, pícaros que no aprueban ni una ley en 10 meses pero conspiran a tiempo completo contra el Gobierno antes de irse de vacancia. Estuvo de perfil bajo en EE. UU. gozando de $ 10,1 millones que le dio Odebrecht por desvanecer $ 70,7 millones en glosas y decidió usar las baterías gringas para lavar el resto; allí fue sorprendido y acusado de lavado de activos, yendo a parar al tarro, donde debería residir de por vida. La sentencia en Ecuador por concusión que no prescribe fue de 6 años, pero huyó dejando en su reemplazo a un digno pupilo, Pablo Celi, que lo superó, desvaneciendo más glosas millonarias y quemando Contraloría con miles de papeles incriminatorios. Celi está recluido en la cárcel 4, especie de hotel donde viven lujosamente delincuentes distinguidos, hasta que compran su libertad o se fugan; pronto cumplirá 65 años y los festejará en su mansión con los suyos, con la tranquilidad que otorga una honradez a prueba de bala. Pólit en cambio se las verá con los jueces gringos que no perdonan, pero le achicarán la pena si ‘colabora’ delatando a quienes lo mantuvieron como ‘su’ contralor en la década delincuencial de Correa.

Dr. Carlos Mosquera Benalcázar