El amor es un tesoro inagotable

En una palabra: ''Todo un hombre. Jesús"

Todos los cristianos conocemos a un hombre que sabía amar de verdad, con respeto, sin jamás despreciar o humillar a sus semejantes; un hombre fuerte, generoso, buscando solo servir y hacer feliz, olvidándose de sí mismo, preocupado por los otros. En una palabra: ''Todo un hombre. Jesús". El amor verdadero es el amor del alma y busca siempre la felicidad del otro. Sin amor a Dios y al prójimo no tenemos amor por nosotros mismos. Cuando vayamos al cielo, si lo merecemos, no necesitaremos esperanza ni fe, pero sí amor. Si no tengo amor, nada soy. El mundo moderno tiene muy bajo concepto del amor. Recordemos el Primer Mandamiento; el verdadero y genuino amor viene de Dios, fluye del Espíritu Santo. Es desinteresado y está tan ligado a Dios que no lo podemos separar. Amar es edificar al otro. Jamás debemos olvidar que lo esencial en el amor humano es el sentimiento, el espíritu y la ternura. El amor verdadero no se extingue nunca y continúa amando más allá del tiempo y la eternidad, hasta que se cumpla la unión definitiva de un amor eterno y feliz en la morada del Padre Celestial. El amor en la tierra encuentra en el cielo su confirmación. "Los cristianos vemos en Cristo al esposo eterno. "El amor auténtico, verdadero, sincero y profundo es más fuerte que la muerte y sabe superar todos los obstáculos".

Martha Reclat de Ortiz