Pronunciamientos van y vienen. Así de indefinido está el Acuerdo Comercial con el Gobierno de los Estados Unidos, cuya primera fase fue aprobada por la Asamblea Nacional anterior, el 8 de diciembre de 2020. El 15 de julio, una delegación de empresarios viajó a Washington, a fin de tratar la segunda fase del Acuerdo, como instrumento fundamental para el crecimiento de las exportaciones con el principal comprador de nuestros productos (banano, camarón, flores) para que entren libres de gravámenes.

Todos estamos de acuerdo con que existan mayores inversiones y comercio. Lo idóneo es eliminar aspectos que pudieren trabar estas tan anheladas negociaciones... Aquí viene un asunto clave. Estados Unidos está interesado en que se dé un sustancial aumento a los sueldos y salarios a la población económicamente activa, aumentándose así el poder de compra de las naciones. Esta propuesta, lógicamente, sacude todo el proceso económico de un país para su bien. Este es el punto neurálgico de las actuales conversaciones del comercio global. Comprar y vender.

En el gobierno de Donald Trump se dieron directrices para que todas las empresas, fabricantes y ensambladoras de vehículos norteamericanas instaladas en México, en el gobierno de Ronald Reagan, regresen a los Estados Unidos. Con el fin de solucionar parte de la desocupación laboral. México negoció esa disposición, allanándose al pedido de aumento de los sueldos y salarios equiparándolos a los que pagan en USA al personal en las empresas automotrices.

Similar esquema monetario económico le pueden plantear al Ecuador, considerando que se facilitarán las entradas de productos cero aranceles entre los dos países.

Es importante que en las próximas reuniones, sobre este acuerdo, además de la asistencia de los empresarios, también concurran representantes de los trabajadores para que tengan conocimientos de primera mano de las negociaciones. Así de manera limpia y sin obstáculos llevar adelante las negociaciones con USA.

Cesar Jijón Sánchez