El 17 marzo de 2020 el gobierno nacional anunció la cuarentena preventiva para todo el territorio nacional. Días antes, los teatros y demás centros de entretenimiento y culturales habían cerrado sus puertas para evitar más contagios por Covid-19. El arte tenía el telón abajo, pero la creatividad seguía con la cabeza en alto.

Es así como en los más de dos meses de para nacional (y mundial), la industria artística nunca dejó de trabajar con lo que tenía a la mano. Aunque el teatro siempre ha tenido propuestas alternativas, quizá nunca se pensó en hacer una obra vía WhatsApp o tener una función en vivo por videollamada al estilo Zoom.

Las majestuosas salas y escenarios se cambiaron a los rincones más íntimos de las casas de los actores quienes, por amor a su arte y sus ganas y necesidad de trabajo, tuvieron que continuar con su programación sea como sea.

EXPRESIONES conversó con productores, actores y directores sobre su visión y experiencia en estos días poco habituales para su estilo de trabajo. La problemática económica, el valor de la cultura, el acceso a la tecnología y el interés del público son algunos de los factores que han mantenido la magia del teatro aún brillante.

En el caso de nuestras salas ElTeatro en el CCI y Scala, lo más complejo ha sido suspender toda la programación y cerrar la sala. Nosotros no hemos hecho teatro vía digital, decidimos esperar a presentar las obras en vivo y en directo. He asistido como público a las presentaciones de mis compañeros vía digital y me parece una manera muy válida de salir adelante en esta crisis, pues los actores y actrices que lo han hecho han tenido una buena respuesta del público.

Sobre las transmisiones digitales, no puedo decir que sea la forma más adecuada de presentar las obras. Creo que es una medida para emergencia ante la imposibilidad de presentarse en un teatro. El teatro es una actividad para ver en vivo con público presente, esa es la esencia. Sin embargo, ha sido una buena opción para estos tiempos, aunque el problema del teatro digital es que no se puede presentar todo tipo de obras. Funciona para monólogos u obras de máximo dos actores. La pantalla exige otros ritmos distintos.

Cristina Rodas,

actriz y productora

Honestamente yo me informé de las posibles plataformas cuando comenzó el aislamiento y mientras pasa el tiempo sigo viendo nuevas formas. No hay una única vía y quien se enfrentó a replantearse cómo seguir haciendo teatro sigue buscando más herramientas. Esto va a depender de la situación de cada uno, con lo que tengas a tu alcance y que no represente un gasto tan grande a nivel de producción. Yo, por ejemplo, trabajo en Microteatro por Dinero de Madrid, que lleva 10 años en funcionamiento y es la empresa dueña del formato microteatro a nivel mundial. Por ende, ya contábamos con un staff de personas, equipos, una página web, un sistema de venta de entradas personalizadas, base de datos y muchos otros recursos que nos sirvieron para idear un proyecto online con base en eso, que se llama ‘Micro en casa’. No significa que fue fácil, por la situación y porque no somos un teatro grande tampoco, pero evidentemente es distinto para quien tiene que, por ejemplo, empezar una campaña en redes sociales desde cero, invertir más en promoción, contratar un servicio de venta de entradas (y darle comisión por ventas) para que sea fiable para los consumidores.

La respuesta del público a estos cambios no ha sido espectacular. Pero es normal que así sea. La experiencia del teatro es ir, movilizarte, organizar un plan.

Para el futuro, este se nutrirá de lo que nos ha pasado a todos como sociedad y seres humanos.

Andrea Cortez,

productora en Microteatro Madrid, responsable de formación

El reto mayor es permanecer con las puertas cerradas sin saber cuándo las podremos volver a abrir. Es también nuestra mayor incertidumbre. Por otro lado, sabemos que volveremos a abrir, sin saber cuándo, porque el teatro siempre vuelve. Así ha sido con las guerras u otras desgracias mundiales. El arte ha sido la salida para la tristeza en la que sucumben los ciudadanos tras algo así.

El Teatro Sánchez Aguilar ha vuelto a presentar sus obras, ya que el gobierno nos ha permitido regresar a nuestros puestos de trabajo. Hemos empezado a hacer retransmisiones en un solo corte. También nos hemos dado cuenta con la primera obra que retransmitimos el último domingo de mayo, de que los actores miran a la sala donde debería estar el público sin fijarse en la cámara. Cosas que hay que cambiar porque es otro formato. Lo que tenemos claro es que la magia sigue intacta.

Lo positivo que rescato de esta etapa es que espero que el público recuerde que han sido los artistas los primeros en poner sus medios para hacernos sobrellevar el aislamiento. También espero que las autoridades se den cuenta de que no pueden abandonar la cultura. Fuimos el único escape que tuvo el mundo.

El teatro también continúa con el Festival de la Otra Música este jueves, que es retransmitido por Facebook Live.

Ramón Barranco,

director artístico del Teatro Sánchez Aguilar

El reto más duro después de la pandemia es hacer que la gente se familiarice con la parte digital. Recordemos que antes de esto, todavía no teníamos la costumbre o no confiábamos mucho en las transacciones digitales. Entonces creo que tenemos la misión de generar espectáculos que nunca van a igualar la experiencia del teatro, pero que deben tener una excelente calidad.

En nuestro caso, la respuesta del público ha sido excelente. Más de mil personas han podido ver el show porque lo hemos dejado colgado en la plataforma. Nosotros hemos tenido que repensar nuestra propuesta para que funcione en estos nuevos formatos.

El futuro es reactivarnos y volver a las salas, aunque será lo que más va a demorar.

Catrina Tala,

productora y directora de Rompekbezas

El teatro digital es un carro sin una rueda. No están presentes las dos energías: la del actor y la del público. No hay forma de reemplazar eso que falta. Solo tienes que seguir adelante. Esto nos está alborotando la creatividad a todos los artistas y nos hace buscar nuevas maneras de contar historias y emociones. Hay que trabajar con esta patita coja.

El teatro desde casa le da una vibra íntima y humana. Lo casero y artesanal también es bonito. No creo que se pierda calidad si la idea es buena y llegas a tu público. El espacio en el teatro es importante, pero lo puedes crear.

Diana Aboujian, actriz