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Locomía
La nueva formación está integrada por Félix Montás, Harold Cala, Ricky Arenas y Eden Cañadas.Cortesía

Locomía está de regreso

Desde Barcelona, Xavier Font, uno de los miembros originales de la agrupación española, famosa en los 90, habla para EXPRESIONES del nuevo grupo

Locomía se dio a conocer internacionalmente a inicios de la década de los 90. En los años del grunge y la moda irreverente, estos españoles con sus abanicos y atuendos de caballeros de siglos pretéritos, imagen andrógina y canciones cargadas de electro pop (Rumba sambo mambo, Loco vox y Gorbachov) conquistaron Latinoamérica.

Luego del revelador y polémico documental que se presentó del grupo, el año pasado, en varias plataformas digitales, Xavier Font, uno de sus integrantes originales, gestó una nueva formación que ha emprendido este año una gira. Con la constante permanente que si Locomía pegará tal como lo hizo hace 30 años, tomando en cuenta que son otros tiempos, otros ritmos y otras tendencias en moda y estilo, EXPRESIONES conversa con el artista, quien radica en Barcelona y anuncia una visita a Ecuador para la primera semana de octubre.

¿La buena acogida que tuvo el documental sirvió de punta de lanza para el nuevo Locomía?

Obvio, pero es un proceso de retroalimentación, nosotros de cierta forma también impulsamos el documental. Yo, personalmente, me involucré al ciento por ciento junto a mis ‘dragones’ de antes, los de los inicios en Ibiza. El documental recompensó el trabajo que veníamos haciendo hace algún tiempo. Locomía no ha cesado de trabajar nunca, porque es mi vida y yo no he muerto.

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‘El mayor culebrón jamás bailado’ fue una buena frase de campaña para atrapar a la audiencia.

Se lo debemos a la productora BOXFHIS con el amigo y creativo Pablo Aguinaga. Ellos no son de mi generación, sin embargo, en algún lugar, en algún momento, por algo o por alguien, supieron de ciertas guerras, de ciertos sobrevivientes, de un éxito truncado y una reinvención dentro del arte que fue asfixiada por la propia comercialización del arte. El libro que presenté y que fue escrito por Ernesto Rojas también sirvió para el proyecto.

¿Como logran adaptarse a la industria actual? ¿Qué desecharon de antes?

No creo en casualidades, sino en causalidades y ese documental esclareció dudas, incluso para nosotros mismos. En los 90, no tenía la madurez que tengo ahora. No sabía hacia dónde quería ir, solo sabía que no estaba solo ni pasaba inadvertido. Eso tuvo un valor antes y lo sigue teniendo ahora, solo necesitamos cambiar algunos códigos para contemporanizarlos y en eso andamos.

Entonces no desechan nada.

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No hay nada que desechar. La esencia es la misma, la rebeldía, el ímpetu y dragones con abanicos por alas. Si nos hicimos de un sello inconfundible, ¿por qué renunciar a él? Sí, habrá abanicos, zapatos de puntas infinitas y hombreras sobredimensionadas para rato, pero pronto serán muy diferentes. En ello andamos justo ahora y a lo mejor esta vez no nos adaptaremos a a industria, la industria se adaptará a nosotros (risas).

¿Cómo fue la selección para la formación actual?

La selección de los integrantes es nuevamente espontánea, por afinidad y necesidades individuales de ser diferentes, de tener algo que decir. Ricki, Edén, Félix y Harold son diferentes entre sí, pero tienen en común las ganas de comerse el mundo. Luego vino un proceso de capacitación, clases de canto, de baile, repertorización. Esta vez estoy pensando seriamente en retomar mi idea inicial de un movimiento cultural grandilocuente, en evolución.

Veo que tiene clara la película.

Ahora es que lo veo claro y así lo haré. Y también, ¿por qué no? Vuelvo a poner mi grano de amor, esta vez con límites, tengo a mi Churri, mi esposo Harold González Cala, pero de eso no quiero hablar. Ahora no mezclaremos las cosas y aunque el amor para mí sea un ingrediente imprescindible, no será el condimento que me fermentará el pastel (risas).

¿Qué simbolizan los abanicos?

En el libro biográfico Esta vida de loco mía está la definición perfecta del significado de los abanicos. Son alas de dragón para volar muy lejos, los zapatos tienen puntas infinitas para levitar en vez de andar y los hombros tienen que ser amplios para cargar sobre ellos fantasía, mucha fantasía. Somos niños grandes o grandes niños, da igual, lo que no podemos ser es adultos amargados, aburridos y predecibles.

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Conocieron la gloria, la fama y el éxito, pero también los excesos, las traiciones, lo sórdido, la muerte de dos integrantes, ¿qué rescatar como positivo y como aprendizaje?

La respuesta es simple, aprendimos la lección y de las grandes crisis surgen las grandes soluciones. Retomo el mismo sueño, pero ahora sé que debo acomodar la almohada.

¿Cómo ha sido la recepción con esta nueva agrupación?

Ha sido muy buena. Para entrar al mercado estamos apoyándonos en los fans de siempre, pero con la brújula puesta hacia las nuevas generaciones, para ello estamos contemporanizándonos y ya se empiezan a ver los resultados. Pronto lanzaremos una nueva línea de ropa con nuestro sello, pero con los tejidos, las texturas, las tendencias y los aires de la juventud.

¿Cuál fue el aporte musical de Locomía a los años 90?

El aporte musical de Locomía fue arrollador. Contrario a lo que algunos piensan, se rompió con lo convencional, se inventó una música para nuestra imagen. Fuimos la motivación para iniciar una sonoridad diferente porque la sonoridad que había no compaginaba con lo que nuestros cuerpos expresaban en el escenario.

Si nos hicimos de un sello inconfundible, ¿por qué renunciar a él? Sí, habrá abanicos, zapatos de puntas infinitas y hombreras sobredimensionadas para rato, pero pronto serán muy diferentes. En ello andamos justo ahora y a lo mejor esta vez no nos adaptaremos a a industria, la industria se adaptará a nosotros .

¿Cómo se abre campo en tiempos de trap, reguetón y perreo?

No veo contradicción, Locomía puede convivir con lo urbano, en sus orígenes Locomía fue un movimiento cultural urbano, nos definíamos como una tribu urbana. Quién sabe si algún día también nos nutrimos de alguno de sus aspectos positivos.

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