La plaza estaba adornada con palmas de ramos a su alrededor. Se colocaron asientos para que la gente disfrutara de la fiesta. Las mujeres y hombres se pintaron los rostros con sus símbolos que los representa con la cosmovisión andina.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER: Las walkas de Saraguro en Europa)

Compartieron entre todos. Niños, adultos y los visitantes, quienes llegaron desde otras comunidades para celebrar los tres días de la Pachamama.

El pueblo originario de Sarayaku, ubicado en el corazón de la selva de Pastaza, fue el organizador. Las mujeres junto a los más jóvenes se encargaron de la preparación de la comida y de la tradicional chicha.

Durante las actividades se inculcaron los juegos y actividades ancestrales como la caza, pesca, cosecha de los cultivos y semillas y el juego de la cuerda.

La fiesta se realizó la última semana de mayo. El último día y en asamblea general, se eligieron a las nuevas autoridades que estarán dirigiendo a la comunidad durante tres años.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER:   El bastón de mando indígena, un símbolo ancestral de trabajo y de armonía)

Eloy Malaver, quien es el ‘Tayap Apu’ o presidente de la comunidad, recordó a las nuevas autoridades que tienen la responsabilidad de encaminar a la población de Sarayaku a mantener las propuestas de vida que están relacionadas con la protección del ambiente y a promover la cultura ancestral. “Esta fiesta no significa solo un territorio, sino el mundo en su totalidad donde todos ya seamos de diferentes pueblos o razas coexistimos. En Pastaza debemos sentirnos orgullos de nuestra tierra e historia”, mencionó el nuevo dirigente.

Esta celebración anual es en honor a la madre tierra, la Pachamama, y a la vez para conmemorar la marcha ‘Allpamanda, Kawsaymanda Jatarishun’ que se realizó en 1992, una actividad en la que los pueblos y nacionalidades de la Amazonía consiguieron el título de propiedad colectiva de los territorios, expresó Malaver.