El pasado 18 de abril, el horno manabita fue certificado como parte del patrimonio cultural inmaterial del país. Este artilugio, que guarda una memoria milenaria, convoca alrededor de sus fogones a las familias y es un elemento de vinculación sociocultural.

(LOS INVITAMOS TAMBIÉN A LEER:   Una chef que emprende en el rescate del horno manabita)

Fanny Vergara Ibarra, quien impulsó el proceso y es parte de Gasan.ec, relata cómo gracias a esta inclusión se están abriendo otras oportunidades para toda la cadena del patrimonio agroalimentario y artesanal, pero sobre todo ha despertado el interés colectivo por tener en casa otra vez al núcleo transmisor de conocimientos y activador de la memoria social.

“Los hijos nos están encargando hornos para sus padres, los yernos hornos para sus suegras, la repercusión que ha tenido ha superado las expectativas, no solo a nivel de cocineros, también en el entusiasmo de la provincia, nos ha vuelto a unir el sentimiento de hermandad, cobijados por el significado de este artefacto de mucha importancia y arraigo cultural, ese arraigo de identidad cultural del cual me siento orgullosa de haber nacido en esta tierra y ser heredera de un gran Patrimonio Cultural”, indica.