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Ana Cristina Guim, diseñadora
Ana Cristina Guim se confiesa amante de las tendencias de los años 60.Cortesía.

Ana Cristina Guim: "Zendaya es la fashion icon que quiero vestir"

Aunque trabajó cinco años en el mundo de la construcción, decidió conectarse con su pasión por la moda y hoy maneja dos marcas.

Tiene 33 años y ya pisa fuerte en un territorio, que en 2021, empezó a reactivarse: la moda. Esa visibilidad que logra es parte de su esencia. Creció en una familia donde el ADN por los negocios se volcó en lo que hoy es Guimsa. Ese ejemplo hizo de Ana Cristina Guim una mujer persistente y que destaca desde el rubro que le apasiona: el diseño.

Emprendió este camino largo hacia sus sueños desde pequeña, cuando veía la alfombra roja de los premios Óscar o los folletines con las tendencias de lo último en el mundo fashion. Su sensibilidad por la moda estaba ahí y así empezó a bocetear.

Con el pasar de los años, llevó su creatividad al estudio de diseño de interiores, y paralelamente comenzó a trabajar en una constructora como coordinadora de proyectos.

Yo creo que la ecuatoriana está en un proceso de evolución y cada vez más quiere expresarse de diversas formas y una de esas es la moda

María Cristina Guim

Aunque sus comienzos en ese ámbito no fueron fáciles, su persistencia le permitió destacarse cada vez que su voz resonaba en una reunión en la que predominaba la presencia masculina.

Ahí laboró por cinco años, sin embargo, no se desligaba de su pasión. “Las oficinas quedaban en la avenida Francisco de Orellana y en mis tiempos libres recorría almacenes para ver telas”, recuerda.

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En clases le pasaba lo mismo. “Yo era la fashion de mi grupo. Boceteaba vestidos para las fiestas de mis amigas”. Graduada de la universidad, tomó la decisión de conectarse con lo que realmente la llena y se apunta en un masterado en diseño de modas en el IED, en España, donde recibió clases con gente reconocida como patronistas de la marca Del Pozo; y asimismo pudo asistir a pasarelas de moda.

A su regreso al país, sus conocidas le pedían que fuese ella quien diseñe sus trajes. Inició así su etapa en la que empezó a ser reconocida en la ciudad con la marca que lleva su nombre. “Readecué el cuarto de soltero de mi hermano (que ya estaba desocupado) y ahí monté mi atelier”. Aquello fue en el 2017.

De la mano estaba su costurera, quien hasta el día de hoy se mantiene como jefa de taller de las románticas propuestas que caracterizan a Ana Cristina. “Diseño para que la mujer se sienta protagonista de su propia película”, dice. Si se da un vistazo, se trata de alta costura con detalles de bordados en texturas delicadas.

A pesar de las tormentas, continúa. “En pandemia aproveché para crear una línea casual para el día a día, pues los eventos y bodas se paralizaron” cuenta y agrega que la llamó Voce Linda, en referencia a su gusto por el bossa nova.

  • Con el emprendimiento en las venas

Aunque creció viendo el negocio familiar, su inclinación se fue por las artes y el diseño.

En mi familia, mi hermano es quien está más involucrado con la empresa. Tengo dos hermanas que, en cambio, tienen el olfato para los negocios. Diría que son coolhunters”, refiere sobre Natalia, quien tiene el emprendimiento de Smile Box, e Isabela, con su marca de zapatos Ilhabela y de accesorios, Iza.

Cat-eyes en párpado inferior y blush efecto lifting.

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Ana Cristina es diferente. Ella se inspira en Elie Saab, Valentino, Dior... el romanticismo de sus propuestas evocan sus glamurosos diseños.

Crear un vestido de novia puede tomarme unos tres meses; uno de invitada, unas seis semanas”. En ellos pone toda su dedicación.

Tiene también el apoyo de la familia. “Las que más trabajan conmigo son las mellizas. Mi hermana Paula es quien toma las fotos para mi Instagram y Érika se encarga de ayudarme con la línea gráfica”.

  • Mujeres que la inspiran

“Me gustaría mucho vestir a Zendaya, ella me parece una ‘icon’ y me encanta que es súper arriesgada”, confiesa y agrega que también a Gal Gadot.

De hecho, su reto como diseñadora viene a partir de las celebridades. “Motivo a mis clientas arriesgarse, a empoderarse de su propia autenticidad… Porque yo no hago un vestido para un maniquí, sino para una mujer”.

Y es ahí cuando ve un antes y después. “A veces soy mitad piscóloga y mitad diseñadora, porque llegan nerviosas o quejándose de sus rollitos. Entonces lo más lindo es cuando me escriben después del evento, detallándome los halagos que recibieron por cómo lucieron. Nos emocionamos juntas, porque he sido parte de ese momento especial. Es algo así como Cenicienta, salen transformadas del atelier”, concluye con el carisma que la caracteriza.

  • Sus preferidos

  1. Mi vestido favorito es un mini dress minimalista en cualquier color.
  2. Me encantan los tops de mangas bombachas y que tengan algo de asimétrico.
  3. Me gustan las prendas llanas, porque me permiten jugar mucho con las texturas y detalles finales, como los bordados que me encantan.
  4. Mis prints favoritos son los de los años 60, como geométricos y coloridos o de flores grandes.
  5. No soy fan de la logomanía, prefiero que algo destaque por su diseño.