QUISQUIS 21
Aspecto. Decenas de desechos sólidos se enredan con el manglar.Blanca Moncada

Vecinos de la cooperativa Quisquís, junto a Urdesa, claman por el Salado

Un brazo del estero aterriza allí con aguas negras y basura

En toda la esquina del Callejón 10 y el 1° Pasaje 37 de la cooperativa Quisquís, cerca de la Facultad de Comunicación Social, tiene una ruta el estero Salado, donde las aguas negras se combinan con desechos sólidos de todo tipo, al punto de parecer un botadero.

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Estudiantes siembran mangles para salvar el estero Salado

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Maryorie Quijije, una vecina del sector, que no cuenta con comité barrial, asegura que ese es el aspecto de siempre en este tramo del afluente y pide a la Dirección de Ambiente del Municipio que se haga una inspección.

“No somos los moradores los que echamos desperdicios en esta zona, nosotros sabemos que debemos cuidar la naturaleza. Al parecer la corriente arrastra acá lo peor del Salado. Es una pena”.

Explica también que en días soleados, el olor es profundamente asqueroso y que evita que los dos niños que tiene salgan a jugar. “Ya es hora que vean que esto existe”, apunta.

Carlos Chimbo, otro residente de esa zona, que colinda con la calle Costanera, de Urdesa, explica que otro factor que les molesta es la extrema oscuridad en la noche.

“A veces llegan carros con parejas y cogen esta zona como motel. Hemos llamado a la Policía muchas veces”, dice el vecino.