Guayaquil amaneció con sus principales puntos de accesos colapsados. Hubo conductores que fueron sancionados, pero también ciudadanos que ni siquiera pudieron ingresar a la ciudad y retornaron a sus cantones de origen. Debido a ello, decenas de trabajadores no tuvieron otra opción que bajarse de los automotores, caminar sobre los puentes o sitios donde se encontraban, y coger un taxi o bus para llegar a tiempo a sus plazas de trabajo. Estaban atrapados más de una hora.

Estos fueron algunos de los efectos que se evidenciaron este miércoles 16 de septiembre en los operativos que ejecutó la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) y que dejó como saldo 105 citaciones, 15 vehículos retenidos y 105 salvoconductos retirados que estaban siendo mal utilizados, y cuya multa por irrespetar la restricción fue de $ 200 a cada conductor.

Y aunque la entidad aseguró que estas acciones las realiza para hacer cumplir con las restricciones de circulación todavía vigentes en el Puerto Principal (y ya no en los cantones aledaños); los conductores las tildaron de absurdas, negativas y contradictorias.

“El tráfico fue terrible. ¿Cuál es la lógica de mantener estos operativos? ¿Si vas solo en tu carro, te puedes contagiar de COVID? ¿Es mejor ir en bus con 30 personas más?”, cuestionó Enrique Maldonado al referirse al embotellamiento que se formó en el puente de la Unidad Nacional. Allí, además, los usuarios criticaron la instalación de conos, que, coincidieron, no hacían otra cosa que obstaculizar más el pesado tráfico.

Solo en ese punto, más de 30 conductores no lograron ingresar a la urbe por no portar el salvoconducto o por exceder con la capacidad de pasajeros, mientras que cuatro de estos fueron sancionados con un salario básico unificado ($ 400) por circular sin placas. Los golpes prolongados sobre el claxon y la desesperación de los conductores por salir del atasco formaron parte de la intensa jornada.

Pero estos controles, realizados simultáneamente en las principales calles de la ciudad, no frenaron las quejas de otras decenas de usuarios que, además, cuestionaron las disposiciones tomadas por el gerente de la ATM, Vicente Taiano.

“Que el carril de la metrovía sea exclusivo, estos operativos sin sentido y que no se haga más para evitar las aglomeraciones en los buses de la ciudad, son el reflejo de la mala administración actual. Por favor, que las autoridades reaccionen”, se quejó el conductor Francisco Romero, habitante de La Atarazana.

Aunque la entidad informó que los buses pueden llevar hasta 40 personas, con un máximo de 10 personas de pie, y que los articulados de la metrovía pueden transportar 80 pasajeros: 37 sentados y 43 de pie; la ciudadanía señala que esta medida no se cumple, ya que en las denominadas horas pico es común observar a estas unidades repletas de personas sin respetar el distanciamiento social, como lo publicó días atrás EXPRESO.

Sin embargo, esta no es la única inquietud que sale a la luz. Qué pasará con los salvoconductos una vez que pierdan vigencia (30 septiembre) genera dudas. ¿Los emitirá nuevamente y si no lo harán, qué pasará con las personas que no son de Guayaquil pero trabajan en la ciudad? Y así mismo, ¿qué pasará con los habitantes de otros cantones que quieran ir al Puerto Principal? ¿Deberán sacar un documento diario, teniendo en cuenta que en Guayaquil no hay libertad para circular? Fueron algunas de las interrogantes en torno al tema.

Frente a ello, este Diario solicitó información a la ATM. Sin embargo, la entidad se limitó a decir que, luego de que expire el documento, será el COE cantonal el que determine cuáles serían los mecanismos a tomar. Sobre las medidas que aplicará para evitar estos congestionamientos, asimismo, sin precisar si habrá cambios en los operativos, aseguró que los controles seguirán, puesto que su fin precisamente es evitar los embotellamientos. Y es que, según dijo Taiano el pasado martes, pese a las prohibiciones establecidas, hoy, el 82 % del parque automotor circula en la urbe.