Los bordillos de las jardineras y de las barandillas de aluminio que están al borde del río Guayas están descascarados. Solo basta con caminar unos pocos metros, de los 2,5 kilómetros, para evidenciar cómo el Malecón 2000, principal punto turístico del centro de Guayaquil, se está deteriorando.

Humberto Velasco estaba sentado en uno de los mobiliarios dañados, texteando; había aprovechado que el día estaba nublado para descansar frente al río. El asiento tenía picada la madera y se veía un fierro que la atravesaba. Para él, el Cabildo debería dar mantenimiento a este sitio. “Cuando se descuidan las cosas se dañan, se destruyen”, piensa. Aunque manifestó que “se ve un poquito mejor” de lo que estaba. El año pasado, EXPRESO publicó un reportaje sobre el deplorable estado en el que se encontraba el sitio.

Aunque no luce como hace un año, el Malecón presenta ciertos deterioros a lo largo de este sitio. Al sur, las piletas que están fuera del Palacio de Cristal lucen en mal estado, algunos azulejos se han salido, el agua está sucia con restos de plumas de aves. Las bases de los postes de la edificación están oxidadas, a pesar de que el Municipio señaló que la “Fundación Malecón 2000, como ente administrador del Malecón Simón Bolívar, tiene un plan permanente y progresivo de trabajos de mantenimiento continuo” en el año, por orden de prioridad.

A Keyla Díaz le molestó ver la deficiente limpieza que tenían las piletas porque divisaba heces fecales de palomas en el agua. “Uno viene a recrearse y a fotografiarse con algo bonito, pero ve todo esto dañado, sucio; el Municipio debería preocuparse un poco más por esta parte”, señaló.

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El riobambeño Raúl Ruilova gusta de caminar y pasear junto a su familia por el Malecón cada vez que visita la ciudad; sin embargo, esta vez se topó con que la escalera eléctrica no funcionaba. Sobre esto, la entidad municipal expresó que, de las dos escaleras eléctricas, “una está en operación estable, mientras que la otra se encuentra en proceso de mantenimiento”.

Sin embargo, para Ruilova, la administración cantonal debería “poner más atención a estos pequeños detalles porque es lo que le molesta a la gente, a los turistas nacionales y mucho más a los internacionales”.

Mientras Víctor Guerrero, oriundo de Loja, esperaba a su hijo, evidenció el deterioro de los bordes de las barandillas y la falta de corrección de estos, ya que la pintura se había desprendido. “Esto es muy mal visto por el turista”, comentó.

Según información del Municipio, en el Malecón 2000, de lunes a jueves, transitan aproximadamente entre 40.000 a 45.000 personas al día; los viernes, un promedio de 80.000 visitantes y el fin de semana, 100.000 al día. Al mes, recibiría un total de 1’840.000 turistas.

Otro de los sitios que a lo lejos se divisa su gran daño es la destrucción de la vela de la explanada del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), ubicado en el norte del Malecón; esto ya tiene data.

Ese espacio luce abandonado, al igual que en 2022, que EXPRESO publicó un reportaje en el que desveló los daños que tenía el espacio y los riesgos que generaba.

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Hoy, en la entrada del lugar hay un letrero que guinda de unas rejas rojas y dice: “no pasar”; pero a la gente le da igual, a pesar de la presencia de un guardia. Las paredes de madera, de la parte inferior de la explanada, están dañadas, despintadas y faltan piezas.

Según consta en el portal digital del Ministerio de Cultura y Patrimonio, este espacio abierto era “para el arte en espacio público, a lo cual los artistas urbanos han tenido poco acceso”; pero tal y como está, no puede ser utilizado por nadie.

El Cabildo porteño manifestó que “las zonas del MAAC no es competencia de la Fundación Malecón 2000. El MAAC está bajo la administración del Gobierno Central, con el Ministerio de Cultura”.

EXPRESO intentó comunicarse con el Ministerio, vía correo electrónico, mensajería instantánea y llamada telefónica, a través de su relacionista pública; también envió un cuestionario. Hasta el cierre de esta edición no tuvimos respuesta.

• La Torre Morisca necesita ser intervenida

Los azulejos de la Torre Morisca, también conocida como Reloj Público, están dañados; así también sus molduras superiores e inferiores externa lucen negruzcas, cuarteadas y despintadas. Este sitio está ubicado frente al Palacio Municipal de Guayaquil, entre la av. Malecón Simón Bolívar y Diez de Agosto.

Antes, comenta Lissette Nieto, la Torre Morisca estaba “súper bonita”, pero ahora las tejas están con moho, necesitan un cambio para que se vea mejor. Este edificio es muy frecuentado por los turistas al ser uno de los símbolos más emblemáticos de Guayaquil. Solo en agosto, recibió a 369 turistas nacionales y a ocho extranjeros.

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El Cabildo indicó que la Torre Morisca no es competencia de la Fundación Malecón 2000, sino de la Unidad Técnica de Patrimonio del Municipio de Guayaquil. En el mantenimiento preventivo y correctivo invierten $ 360 mensuales. Para el primer trimestre de 2024, la entidad prevé arreglar la estructura -escaleras, fachada, techo y paredes-.