Ayer, Máximo Mero se levantó temprano en su natal Jipijapa, cantón de la provincia de Manabí para viajar cuatro horas hasta Guayaquil. Llegó antes del mediodía y exclusivamente a comprar tres monigotes para sus hijos. “Son regalos que les doy como cada año, por Navidad. Se pondrán contentos”, compartió con EXPRESO.

Compró una réplica de medio metro de Batman, una de Woody El Vaquero (personaje de la película Toy Story) y una de Masha (muñeca de un programa infantil). Pagó por el primero $ 6, por el segundo $ 10 y por la última $ 15.

Braulio Moreta, en cambio, llegó desde la ciudad de Milagro pero a comprar uno para él. Quería de los más altos, de dos metros y medio y que fuera un superhéroe o un personaje de terror. En todas las tiendas ese tipo de monigote le costaba entre $ 150 a $ 200. Recorrió más de 20 puestos.

Finalmente se llevó una buena imitación de un metro y 80 centímetros del payaso Pennywise, de la película It, a $ 140. La subió a su camioneta, con ayuda de varias personas y regresó contento a su ciudad.

Ellos eran unos de los pocos compradores que ayer se paseaban en la avenida 6 de Marzo, bajo un sofocante sol. Es que, a más de divertirse escogiendo los años viejos, fueron allí porque ese es el único punto que conocen de la urbe donde pueden hallar con seguridad monigotes a sus gustos.

Sin embargo, desde la semana pasada, la diversidad de años viejos de diferentes colores, tamaños y precios arropan no solo quince cuadras de esa calle del sur de Guayaquil, donde recién arranca la venta de estas figuras de papel (con precios desde $ 2), sino de otros tramos de la ciudad.

EXPRESO recorrió la urbe y evidenció como la 6 de Marzo tiene sus pequeñas réplicas.

Por ejemplo, entre las calles Ambato y Argentina y entre Ambato y Letamendi, hay otros puntos de venta de monigotes, que, aledañas a la 6 de Marzo, expande el abanico de opciones de ese mismo sector del sur.

Otro lugar que en los últimos cuatro años ha cobrado mucha popularidad, es avenida Velasco Ibarra, cerca de la vía Barcelona y de la ciudadela Bellavista, en el norte del puerto.

Allí, incluso, este año para adelantarse a la competencia varios artesanos se han instalado desde hace tres días con carpas y en vela para marcar territorio.

Los monigotes más pequeños lo venden a $ 5 y los más grandes a $ 60 y $ 80 si son figuras infantiles y animales. Pero si se trata de superhéroes y personajes de casi dos metros, el valor asciende a $ 130.

“Solía ir al sur, me parecía que allá resultaba mejor comprar, pero el año pasado adquirí un Superman grande a $ 80 aquí, y este año he decidido comprar en este mismo lugar. Espero encontrar uno con similar precio”, contó Jhon Figueroa, mecánico y morador del sector San Eduardo, quien a bordo de su camioneta recorrió la calle observando las figuras, para decidirse por una.

Él, como otros compradores, aprovechan la cercanía de los puntos de ventas que se han instalado cerca de sus casas, que aunque por ahora no atraen a los turistas, sí a los vecinos del sector.

Otras zonas donde también se exhiben las figuras de papel son en la avenida Gabriel Roldós Garcés, cerca de la calle Rodolfo Baquerizo, de la ciudadela Sauces 8, también en el norte. Y en el suburbio, entre las calles Portete y la 11; y entre Capitán Nájera y la 21 hay otras opciones.

Para este fin de semana los artesanos de los diferentes puntos de ventas, tienen previsto exhibir sus creaciones de tres y hasta cinco metros con un precio de entre $ 300 y $ 600.

“Estos cuestan más porque son más grandes, altos y tienen mejores acabados. Es decir, su proceso de molde y creación fue más complejo. A esos los dejamos para el sábado y domingo días en los que tradicionalmente llega gente, incluso de otros cantones o provincias, en busca de ellos”, cuenta Polibio Córdoba, uno de los comerciantes de la calle 6 de Marzo.

También para el fin de semana, como es tradicional, por la cercanía al 24 de Diciembre, los artesanos exhibirán sus creaciones en otros sectores como en las ciudadelas Alborada, y Los Álamos en el norte; y La Pradera, en el sur.