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Stephania Pilaló da clases en su casa, dos días a la semana. Con lo que gana se mantiene hasta lograr que la reintegren al magisterio fiscal.Christian Vásconez / EXPRESO

Las clases privadas tapan el vacío escolar en pandemia

Maestras desempleadas aprovechan la no presencialidad en las escuelas para nivelar conocimientos de los niños. Esto les genera algo de ingresos

Con 10 años de experiencia como maestra, Stephania Pilaló (38), docente desempleada, recibe en su vivienda a siete niños de entre seis y doce años, a quienes da clases de apoyo para nivelar ciertas dificultades que tienen en determinados espacios curriculares.

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Lo hace desde el 2020, luego de ser desvinculada del magisterio fiscal, durante los meses más fuertes de la pandemia, en donde más de 8.000 maestros a nivel nacional, también, perdieron sus plazas de trabajo.

La educación no presencial y las falencias de aprendizaje que atraviesan varios estudiantes debido a las clases virtuales, que se pusieron en marcha desde que se cerraron las instituciones educativas, han sido la oportunidad para que Pilaló se mantenga vigente en el proceso de enseñanza y para que pueda generar algún ingreso económico para su familia.

“No es mucho lo que gano dando clases particulares de refuerzo, ya sea en mi casa o en el domicilio del niño; pero eso me mantiene a la vanguardia del conocimiento y me brinda la oportunidad de ayudar a aquellos niños que no están teniendo un buen aprendizaje, ya sea porque no tienen quién los guíe o porque no cuentan con los recursos a su alcance”, indica la maestra, mientras revisa las tareas de los menores, quienes tres veces a la semana visitan su vivienda ubicada en la 23 y Rosendo Avilés, suburbio de la ciudad.

Ella cobra $ 2 la hora si los niños van a su casa y $ 3 si tiene que trasladarse a los hogares de ellos. “No se les puede cobrar más, porque los padres tampoco tienen muchos recursos, pero sí quieren que sus hijos aprendan”, anota.

Las clases particulares han sido las más requeridas en estos últimos 18 meses, dicen los maestros consultados por EXPRESO. Incluso, se dan de una manera novedosa, pues no solo sirven para reforzar algún conocimiento que los chicos no pueden asimilar, sino que hasta tienen el fin de enseñar contenidos desde cero. Es que la falta de presencialidad en las escuelas y colegios cada día sumó nuevos obstáculos para algunos escolares.

Las clases individuales a domicilio, y en algunos casos virtuales pero personalizadas, nacieron también para aliviar las cargas económicas de algunos maestros y de quienes estudian carreras afines a la docencia. También han servido para atender la preocupación de los padres que quieren ver aprobado el año lectivo de sus hijos.

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Cindy Caicedo da clases particulares a estudiantes de primero a séptimo básico. Por una hora de enseñanza puede llegar a cobrar hasta $ 3.Christian Vásconez / EXPRESO
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Y esa es la ayuda que presta Cindy Caicedo, maestra con 20 años de experiencia, que fue desvinculada del magisterio en abril de 2020.

A su vivienda ubicada en el sector de Las Malvinas, sur de la ciudad, llegan dos veces a la semana cuatro menores que cursan desde primero hasta séptimo básico, que buscan apoyo en las asignaturas de Lenguaje (lectura) y Matemáticas, que son las áreas donde el rezago escolar tiene mayor énfasis, según un diagnóstico elaborado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Me he visto en la necesidad de buscar ayuda particular para que mi hija, que está en tercero básico, pueda nivelar sus conocimientos que se han visto afectados por las clases virtuales.

Eugenia Constante, madre de familia

De acuerdo a este informe, nueve de cada diez menores de entre 10 y 12 años no cumplen el estándar mínimo de lectoescritura establecido para un niño de 7 años, correspondiente al tercero de educación básica. El razonamiento matemático va por el mismo camino. Pero este problema no es nuevo, pues antes de la pandemia ya había déficit de aprendizaje en estas áreas, como informó EXPRESO en varios reportajes.

La maestra desempleada notó ciertas dificultades en determinados espacios curriculares. Según ella, Lenguaje y Matemáticas son materias por las que todos los años los alumnos piden ayuda para aprobarlas. “Me he percatado de que los chicos también tienen problemas con Historia y Geografía, a las cuales les doy un espacio para el repaso”, menciona, mientras enseña a sumar y restar a un menor que está en quinto grado, quien ya debería manejar estas operaciones numéricas.

La no presencialidad le ha pasado factura al aprendizaje de los niños y como padres debemos buscar los medios para que nuestros hijos no se queden rezagados en el proceso de enseñanza.

Manuel Rodríguez, padre de familia

Caicedo explica que su mayor ‘clientela’ está representada por niños de primaria (de primero a séptimo básico). “Los padres me los traen, preocupados por la falta de explicación de los temas a los chicos, parece que hay una gran dificultad en el sistema con el uso del formato virtual o con las clases que reciben a través de Whatsapp”, remarcó.

Diego Caiza

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Claudia Solórzano, quien el próximo año se gradúa de maestra de educación primaria, y desde hace cuatro meses imparte clases privadas a domicilios, cuenta que quienes más participan de las clases de apoyo son los alumnos de primero, segundo y tercero de básico. “Los más grandes no buscan apoyo, y no porque no lo necesiten, sino porque les da vergüenza admitir que no están aprendiendo porque no entienden o porque su maestra no les explica bien”, expresa.

TareaEn el ciclo Costa se ejecutará un proceso de nivelación a través de un currículo focalizado en competencias comunicacionales y matemáticas.

El Ministerio de Educación anunció que en este segundo quinquemestre que empezó el 4 de octubre pasado en el régimen Costa, se pondrá en marcha el plan nacional ‘Aprender a Tiempo’, que busca disminuir el rezago y brechas educativas existentes en los estudiantes del sistema educativo, acentuadas por las clases no presenciales implementadas durante la pandemia de la COVID-19. Pero de esto, poco se conoce.