Sesenta y un árboles de la ciudadela Samanes se vieron afectados por la plaga de la cochinilla, pero 20 de ellos “no respondieron” al tratamiento, encontrándose en estado necrótico, con su estructura debilitada. Es decir, muertos.

Es un extracto de la respuesta del Municipio a EXPRESO tras la publicación en que se dio a conocer la tala y poda drástica de al menos nueve árboles de samán en la intersección de la Isidro Ayora y Francisco Rizzo.

Argumentó que, por las ramas que han caído en el sector, siendo motivo de preocupación de algunos moradores por el riesgo de un siniestro, se procedió a la remoción de las especies en estado necrótico.

Y prometió, sin especificar cuándo, que se realizará la reposición de las mismas con árboles nativos del bosque seco tropical. “Se socializó con los moradores y residentes a lo largo de la avenida Rizzo, en el sitio, quienes conscientes del riesgo, estuvieron de acuerdo con la remoción de las especies y su posterior reposición con árboles nativos”, justificó María Fernanda Rumbea, directora de Ambiente.

Sin embargo, hay ciudadanos que desconocieron de aquella socialización o cuestionan que se dejó avanzar la afectación, pues, aseguran, no vieron un mantenimiento previo en las monumentales especies.

“Aquí no se hizo nada al respecto y si dicen que se realizó alguna intervención, pues fue algo mínimo. ¿Control? Yo no vi, y es una pena perder a estos árboles; el daño ya está hecho”, se lamenta Carolina Méndez, moradora de esta zona del norte.

El jueves anterior, un grupo de moradores que ha solicitado el informe técnico que justifique esta acción, se reunió con personal municipal. Rumbea agregó que en la cita “escucharon y comprendieron las acciones” que está tomando el Municipio.

Pero para residentes como Carmen Hidalgo les representa “indignación” ver cómo la noche del sábado procedieron a continuar con el retiro del emblema de Samanes: el samán. “Han seguido con la poda. No sé dónde tienen la cabeza estos funcionarios...”, dijo.