Guayaquil

Buses eléctricos salvaron al norte de Guayaquil durante el paro parcial

La subida del combustible pasó desapercibida para esas unidades Guayaquil mira la respuesta en lo ecológico Acuerdo con transportistas sigue difuso.

Servicio. Ciudadanos del norte de Guayaquil aprovecharon el servicio de esta flota luego del mediodía.
Servicio. Ciudadanos del norte de Guayaquil aprovecharon el servicio de esta flota luego del mediodía.Christian Vinueza / Expreso

La para parcial de la jornada de transporte que se realizó del viernes 21 de mayo al miércoles 3 de junio dejó sin buses a la ciudad después del mediodía. Esos 13 días hubo otros servicios activos, la metrovía, que recibió una ayuda municipal de casi un millón de dólares a inicios de año; la aerovía, que no es funcional para quienes viven en Durán, y la flota de la cooperativa Saucinc, la única línea de buses eléctricos que tiene Guayaquil.

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Esta línea, registrada con el número 89, mantuvo su servicio normal, desde las 06:00 hasta las 21:00, durante todos los días del paro, y resultó útil para los pasajeros que se trasladaban del norte al centro de la urbe y viceversa, lo que hace a la ciudadanía y expertos en movilidad recordarle a las autoridades cuán útil es tener más unidades de este tipo y cuán importante incentivarlas.

Un bus eléctrico, de acuerdo al máster en transporte David Llerena, puede costar entre 250 y 400 mil dólares, el doble y hasta el triple que uno normal, que se hallan en el mercado en costos que van desde los $ 120 mil, por lo que la oportunidad de adquirirlos no está al alcance de todos.

Antecedente. En enero pasado, el Municipio aprobó el Fondo de Compensación por COVID-19 para la Metrovía. De los buses no se ha hablado.

La crisis de los transportistas urbanos, devenida de la liberación del precio del combustible en el Gobierno anterior, y que ha dejado sin servicio completo a Quito y Guayaquil las últimas semanas, dejó la semana pasada pendientes, como definir y formalizar cuáles serán las medidas a tomar para aplacar los ánimos de los conductores y dueños de unidades, quienes han resaltado que irán de nuevo a para si este 11, como lo demandan las medidas del Gobierno de Lenín Moreno, hay un nuevo reajuste.

Caos. La movilización sin buses es cada vez más cruenta. Guayaquil gasta hasta tres veces más en pasaje.

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Hasta que ese día llegue, desde la movilización tradicional suenan voces como las del dirigente de la Línea 35, Carlos Arichavala, consciente de que los buses eléctricos serían una opción oportuna, pero también aterrizado a que materializar esa propuesta es difícil.

“Ayudaría mucho con el medio ambiente; pero se requiere un apoyo del Gobierno central. La situación es difícil. No alcanzaría para ese tipo de avances, teniendo en cuenta que ni siquiera subsidiar de forma focalizada la liberación del precio del combustible ha sido posible”, reconoce.

Tengo que moverme de Guayacanes al centro. Tienen una tarifa justa. El resto de Guayaquil debería tener buses eléctricos. No solo es ecológico, también es cómodo.

Johanna Gómez,

usuaria de la cooperativa

De ser posible la adquisición de las unidades, se debe pensar en temas básicos como el mantenimiento, que tiene sus características. Una unidad eléctrica, en definitiva, no es igual a una normal ni cuando se cuida, precisa a EXPRESO Bryan Martínez, conductor de la Línea 89, sentado en su silla ergonómica, media hora después de haber llegado a la estación de Sauces 4, mientras conduce la nave en el centro.

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Para que no haya ruido y el aire acondicionado esté óptimo, como ahora, para que esté limpia y desinfectada, como ahora, para, dice el usuario Bruno Carranza, que parezca Europa, es preciso chequearla de manera periódica.

Cualquier daño que tenga se arregla solo en la casa comercial donde se compró la unidad, cuenta Bryan Martínez, porque afuera no hay repuestos. “Un vidrio roto es el triple gasto de lo que representa para una unidad normal, por eso dar el paso requiere de poder adquisitivo y una fuerte inyección financiera”, precisa.

De alguna manera el paro demostró que los pasajeros no tienen presupuesto para pagar un taxi. Esa semana hubo muchos más pasajeros en esta línea.

Bryan Martínez,

conductor de la Saucinc.

Guayaquil cuenta con una ordenanza estímulo a la transportación eléctrica, que aborda un incentivo aprobado de $ 4 mil para los taxis y de $ 15 mil para los buses que decidan renovar a unidades eléctricas.

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William Mishkiri, propietario de un bus, cree que además de ese incentivo es necesario proyectar una planificación con estaciones de carga, ajuste de la tarifa actual, préstamos e incluso un financiamiento para el subsidio de la electricidad. “No estamos listos, los repuestos son demasiado caros y ahora no hay muchos puntos de carga en electrolineras”, apunta.

La semana del paro, de 500 pasajeros aproximados diarios, la Saucinc recogió a unos 700 por cada unidad, de las 25 que tiene en servicio. “Nos benefició mucho. La gente no hallaba forma de movilización y prefirió pagar los 35 centavos que 3 o cuatro dólares en taxi. No puedes dejar sin servicio a las personas. Eso lo demuestra”, observa el conductor.

El recorrido en la Saucinc puede durar una hora sin tráfico y hasta dos con tráfico. Recorre zonas como Sauces, Guayacanes, Alborada, avenida Francisco de Orellana, Atarazana y el centro de la urbe.