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Justin Cuero (9), delantero de la selección ecuatoriana, es paciente con la pelota.cortesía

Pateando tachos: Justin Cuero, nueve funcional

OPINIÓN: Lo que une a un equipo es la intención de ganar. A mayor cantidad de futbolistas inteligentes, mejores resultados

Lo que une a un equipo es la intención de ganar. A mayor cantidad de futbolistas inteligentes, mejores resultados. Todos están preparados para cuando las cosas están bien. Los inteligentes están listos para cuando las cosas van mal. Los jugadores más importantes se muestran en el momento que las dificultades aparecen, improvisando cuando todo está más allá de lo establecido. Entonces surge el gen competitivo que al futbolista lo mejora, más allá del juego mecanizado. Porque un partido está lleno de distintos momentos…

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Ecuador es sorpresivo en el último cuarto de cancha, porque no se puede ser posicional permanentemente, hay un momento para el cambio de ritmo. El equipo sale estrecho y termina ampliando la jugada.

Da la impresión de que Justin Cuero estuviera solo en el área, porque es paciente con la pelota, parece que no lo rodea nadie. En cambio hay otros jugadores que se sienten perseguidos por adversarios. Tienen prisa (y la prisa se lleva mal con la precisión) y al final terminan cometiendo errores. A favor de la influencia de Justin Cuero juega el ataque ecuatoriano. Vale el estilo que lo hace diferente, pues el que no es diferente no es competitivo.

Pide la pelota en momentos límite. Remata de frentazo a balón controlado. Nueve rutilante. Si Ecuador sub-20 pone doble nueve, baja un delantero para ayudar a recuperar la pelota al medio campo. Solo un ariete queda libre sin involucrarse en tareas defensivas. El fútbol es producto de ensayo y comprensión. El poder del talento es la eficacia. Justin Cuero se cruza por delante del defensor y lo desarma. Cuanto más grande es su exigencia, más grande es su mejora. En el área aparece por cualquier lado. Llegó para ganarlo todo, porque al éxito no lo discute nadie.

Hay cosas del juego que no son medibles y no quedan en ninguna estadística. No hay manera de medir el orden, la lucidez, la capacidad para ser oportuno en el momento justo, pero Justin Cuero las tiene.