Ismael Rescalvo
Rescalvo se mostró muy activo en la zona técnica en su debut con Barcelona.Archivo

Ismael Rescalvo y lo que se le viene a nivel táctico en Barcelona SC

Opinión: técnica, física y táctica, son modificables en la estructura, lo que no lo es es el estado de ánimo.

El fútbol tiene apego al resultado, y como todo resultado, tiene una teoría al momento de la victoria; se habla de sabiduría y cálculo. Y es que hay cosas del juego que son medibles y no quedan en ninguna métrica: el orden, la lucidez, la capacidad de ser oportuno en el momento clave, la astucia; no hay manera de medirlas.

El jugador además de tener estilo, destreza, amague, necesita autoestima y reconocimiento permanente, ya que nunca alcanza con el que recibe. Ante esa escasez, el entrenador lo compensa elogiándolo, corrigiéndolo. Dicho esto, la humildad no suele ser a menudo una virtud en los jugadores de élite, por ende el destino del entrenador está en la genialidad o error del futbolista.

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Leonai Souza tiene un punto de barroquismo para esconder la pelota, la saca para atrás. Parece que va a regatear, pero cambia de idea y termina dando un pase de 15 metros. La diferencia entre velocidad y rapidez puede ser en que veloces eran Usain Bolt y Noah Lyles; rápido es Souza. Pero solo con él no basta. Se necesita otro ocho tornillo para que el equipo pueda estabilizarse en el medio.

Es indispensable un distribuidor que toque 30 balones y pierda uno, que corra la cancha en forma transversal hasta conseguir el balón, una mezcla de vigilancia con cierre de espacios. Además que sea líder de tarea, de buena ubicación, que esté situado en el lugar adecuado entre la pelota y su arco.

Esta figura debe ser fina para lanzar centros pasados, que no de la espalda en los momentos límites, que le sobre aire para bajar y subir y que cuando el pase le llegue a su portero ‘la mate’ con el pecho, la deje caer y la lance para el nueve sin mirar.

Y es que el fútbol tiene variables: técnica, físico, táctica, pero no hay nada que modifique la estructura de un equipo que el estado de ánimo. Un cuadro está concentrado cuando el resultado le va dando al razón. No hay orgullo más grande que ser reconocido por un estilo, ahí está el trabajo del entrenador. Para calcular el talento de un jugador hay que hacer una ecuación: entre el talento que se tiene, menos el talento que se creer tener.

El entrenador activa la creencia e iniciativa del jugador, cómo comportarse a la hora del acierto y error; gambetear o tocar en lugares convenientes; descubrir zona de definición. Un partido es un momento entero de 90 minutos, no solo jugadas o retazos de fútbol.

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