
Hinchas de Barcelona SC recuerdan la noche que eliminaron a River Plate en 1990
¿Qué pasó la noche en que Barcelona SC clasificó a su primera final continental?
El miércoles 12 de septiembre de 1990, el estadio Monumental de Guayaquil fue testigo de una de las gestas más memorables en la historia del balompié ecuatoriano. Barcelona SC enfrentó a River Plate por las semifinales de la Copa Libertadores. Aquella noche quedó grabada en la memoria colectiva del pueblo amarillo, ya que por primera vez un club ecuatoriano clasificaba a la gran final del torneo.
El equipo dirigido por Miguel Ángel Brindisi logró lo impensado: eliminar al poderoso conjunto argentino en una serie cardíaca que se definió por penales, tras el gol del uruguayo Luis Acosta en los 90 minutos. Carlos Luis Morales, eterno capitán y arquero, se convirtió en héroe al atajar el penal decisivo a José Serrizuela, desatando el delirio de todo Guayaquil.
El recuerdo de una noche mágica de fútbol
Gustavo Nivelo tenía 30 años cuando vivió aquel partido desde uno de los palcos del estadio Monumental. “Éramos un grupo de amigos que siempre iba al estadio. Esa noche sabíamos que podía ser histórica”, recuerda. Incluso, confiesa que tuvieron que hacer “malabares” para ingresar una botella de whisky al estadio.

Nivelo recuerda con precisión cada detalle: “Cuando el Loco Acosta marcó, pensamos que todo era posible. Pero lo de los penales fue una locura. Cuando Carlos Luis le tapó el penal a Serrizuela, parecía que el Monumental iba a estallar. No lo creíamos, íbamos a estar en la final”.
Tras el partido, la celebración continuó hasta las cuatro de la mañana en la tradicional avenida Víctor Emilio Estrada, en Urdesa. “Fue como un feriado no oficial. Nadie trabajó al día siguiente. Y los que lo hicieron, apenas pudieron laborar a media llave”, cuenta entre risas. “Ese partido me hizo amar aún más a Barcelona”.
Hasta el nombre del árbitro se quedó grabado en su memoria: el peruano Carlos Montalván.
El amigo de la infancia que se hizo hermano del fútbol
José ‘Pepe’ Caballero tenía 26 años en ese entonces. Creció en la ciudadela La Saiba, al sur de Guayaquil, donde compartió desde los 11 años una estrecha amistad con Carlos Luis Morales, de quien después fue compadre. “Jugábamos pelota juntos desde niños y con el tiempo nos hicimos familia”, dice con orgullo.

Aquella noche no solo la vivió como hincha, sino como parte del entorno íntimo del arquero. “Vi cuando Carlos Luis le lanzó la pelota a su familia tras el triunfo, yo estaba con ellos. Fue un momento muy emotivo. Nadie daba nada por Barcelona, pero ese equipo tenía alma. Uquillas era una amenaza constante y Carlos Muñoz dejaba todo en la cancha”,.
Caballero también destaca la conexión entre Morales y su línea defensiva: Jimmy Izquierdo (+), Jimmy Montanero, Freddy Bravo y Julio Guzmán. “Era un bloque sólido, se entendían con miradas”.
Mientras la mayoría de hinchas festejaban en las calles, Caballero fue parte de la celebración en la casa de Morales. “Nos fuimos allá con su familia. Fue algo más íntimo, pero igual de emocionante”.
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